"Nos encerramos para aprender a amarnos", el poema de un joven confinado en Madrid
El poeta Albert F Ghira está confinado en Madrid sin poder volver a Lanzarote a causa del coronavirus. Ha usado su encierro para escribir varios poemas que recogen algunas lecciones que nos está dando la cuarentena.

Albert F Ghira / Cadena SER

Arrecife
"La conclusión: nos encerramos para aprender a amarnos", asi termina uno de los dos poemas que ha escrito el estudiante lanzaroteño de guión de cine Albert F Ghira en Madrid. Permanece confinado en la capital por decisión propia, después de que la pandemia de coronavirus desaconsejara su vuelta a Lanzarote. También le ocurre a Atamán Morales, estudiante de Física en Granada. Morales pasa las horas estudiando y hablando por Skype con su familia. Ambos han pasado por Hoy por Hoy Lanzarote y han contado cómo están pasando estos días lejos de su familia, por imperativo, hasta nueva orden. Escucha la entrevista completa en Hoy por Hoy aquí:
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Entrevista con dos estudiantes lanzaroteños confinados en Madrid y Granada
La vecina
No me había fijado que los ojos de mi vecina
eran de un marrón, casi negro, que cautivan.
Y muy muy chiquitos.
Me da un poco de miedo pensar que he mirado
tantas veces a esos ojos y no fui capaz de ver nada.
De repente, un día existen.
No vienen solos, los lleva puestos mi vecina.
Como ella hay muchos más.
¡Qué gran error verlos como extraños!
Ellos tienen nombres, mascotas e hijos
(algunos viven con ellos, otros solos),
a parte de sábanas tendidas y pinzas de madera.
Seguramente tampoco se habían fijado antes
en el color de mis ojos, pero estoy seguro
que no volveremos a ser capaces de evitarnos la mirada.
Nuestros vecinos son ahora nuestros aliados.
Todos son de sus madres y de sus tierras,
pero han acabado en el mismo lugar
y juntos llenamos la calle desde los balcones.
Nos encerramos
porque todo tiene más sentido,
aunque las cuatro paredes nos chafen
y el reflejo que hemos sido nos humille.
Algunos están ahí fuera luchando
para que la comunidad vuelva a ser
por primera vez después del desastre.
Otros intentan cuidar a sus mayores,
a veces los mayores se cuidan solos.
Casi todos atemorizados, recordando
el hambre que han pasado, al ver cómo
arrasamos por dejar a otros sin comida.
Pocos entienden el esfuerzo mínimo
que supone agradecer que por ellos
nosotros hoy podemos ser.
A ver mañana.
Algunos ya no pueden luchar más,
otros ya han desaparecido.
Ninguno de ellos ha sido derrotado,
aquí no hay guerra que valga,
solo víctimas por doquier.
Ellos nunca vivirán el cambio,
ahora solo les queda la tierra y la nada.
Para ellos ya no habrá sol mañana.
Nos encerramos porque así ha de ser,
aunque por dentro nos mate a dentelladas secas.
Fuera la histeria no nos lleva a ninguna parte
y dentro el miedo y la soledad se instalan,
pero solo acompañan. No nos pueden vencer.
Ya no hay guerra que valga.
La conclusión:
Nos encerramos
para aprender a amarnos.

Javi Rodríguez
(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...




