Confinamiento. Capítulo 6: Mi pequeña Zaragoza
La periodista Ana Sánchez Borroy explica, desde su domicilio, cómo está viviendo el confinamiento por la crisis sanitaria del coronavirus
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Zaragoza
"Mi habitación es como una ciudad mágica, ¡pero más pequeña y divertida! En mi habitación me invento grandes juegos, ¡juegos de verdad!, y ni siquiera hace falta una llave para entrar. Solo se necesita papel, rotuladores, tizas de mil colores... ¡y ganas de imaginar!"
Así comienza uno de los cuentos que les leía a mis hijas en mi otra vida, antes de dormir. En esta nueva vida, a veces lo leemos. Pero, además, durante el día lo ponen en práctica.
Ahora, las sábanas sirven para crear naves espaciales. En la bañera se puede bucear en busca de tesoros escondidos. La terraza es un observatorio de perros que pasean a sus dueños. El salón sirve para hacer una acampada con la tienda de campaña. El pasillo es una pista de atletismo. Y las sillas de la cocina son, en realidad, los vagones de un tren.
El cuento termina diciendo que “mi habitación es como una ciudad mágica, pero más pequeña y divertida”. Hagamos de Zaragoza una ciudad mágica.
