El arte de quedarse en casa

Aranda de Duero

Acostumbrado a estar en las calles haciendo arte, a Nano Lázaro se le tiene que hacer muy raro quedarse entre las cuatro paredes de su casa. Seguro que puede sacar motivación de cualquier rincón,  a él lo que le apasiona verdaderamente es pintar en los edificios… pero por fuera. Uno de los artistas ribereños más destacados, afincado en Valladolid, nos ha contado cómo es su día a día en este confinamiento.

“Estamos todos bien, los días son muy parecidos pero intentamos estar activos”, cuenta. Y su arte también sigue activo. A Nano se le han ocurrido muchos dibujos durante este tiempo, y lo ha planteado “de mil maneras”. “Yo soy una persona positiva, conozco cómo está la situación, y mis hijas creo que nos están dando una lección de cómo llevar esto… Estoy impresionado porque están entreteniéndose mucho, es una lección que nos están dando a todos”, relata.

En su casa este virus y ese agradecimiento sanitario pega de cerca. “Mi mujer es enfermera en la UVI y nosotros le damos aplausos cuando llega a casa, ella llega cansada y con la sensación de que lo peor está por llegar, pero tiene muchas ganas de ir y estar allí ayudando, porque no dan a basto”, se sincera.

Y es que la clave de todo, como cuenta Nano, es “hacer vida normal”. “Por las mañanas las dedicamos a estudiar y hacer deberes aunque no madrugan tanto, las tardes ya son para bailar, hacer ejercicio, leer y ver la tele… digamos que el tiempo se nos pasa activo, y los sábados hacemos un día especial y acampamos en el salón”, detalla el artista.

Porque Nano no solo tiene arte para espresarlo en un boceto, en un papel o una pared. Tiene arte también para pasar el día a día, tiene arte para apreciar a su maravillosa familia, y tiene arte para contarnos todo ello, como puede repasarse en el audio que encabeza esta información.

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