Volveremos

Córdoba

Volveremos, claro que volveremos a tener una vida de rutinas, pero desde luego no va a ser la misma vida que dejamos atrás el 13 de marzo. A todos nos ha mordido esta enfermedad; a unos los ha herido de muerte y a otros, de una sola dentellada nos ha puesto en el suelo de la más cruda realidad para hacernos ver lo importante que es la belleza de la sencillez del día a día.

Cuando esto pase, Europa, sus Estados, sus territorios y el mundo entero, harán inventario de las secuelas que el COVID 19 ha dejado en sus pulmones diplomáticos. Difícilmente España podrá olvidar quién se le puso de perfil en la travesía de esta pesadilla, igual que tampoco olvidará quien le tendió la mano, por insignificante que pudiera ser.

A fuego se nos ha grabado que a las personas –y los países somos eso- las une el dolor, las fatigas y quienes nos auxilian en tiempos de necesidad. La comunidad internacional, tendrá que revisar y seriamente, los comportamientos tenidos por muchos actores durante la pandemia, pero sobre todo, le tocará analizar la compra/venta carroñera de productos sanitarios al mejor postor y que ha llegado incluso a obviar hasta el más mínimo protocolo en la prioridad del auxilio internacional.

Nos tocará hacer balance del estado de nuestros servicios públicos antes, durante y después de esta pandemia. Nos tocará analizar las telecomunicaciones y medios digitales que aún no tenemos y que hubiesen resultado vitales para el soporte de las acciones en la distancia, desde poder trabajar a poder tener normalidad “on line” para la comunidad educativa.

Nos tocará sentarnos, ver nuestra radiografía territorial y asumir sin debate alguno qué contingencia productiva no se podrá externalizar jamás. No ya fuera de Europa, sino fuera de nuestro país; retomando la figura de la titularidad pública para determinados bienes y equipos, asegurando una contingencia permanente de materiales, instalaciones y producción propios.

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Nos tocará arremangarnos y achuchar!! porque la vuelta al día a día va a necesitar de todos y cada uno de nosotros sin excepción alguna.

Volveremos a abrazarnos, a trabajar con normalidad, a alternar y a debatir mientras tomamos unas copas.

Volveremos a enamorarnos y estaremos más enamorados de la vida que nunca.

No marcharos y esperad todos, porque ahí estaremos, pronto de vuelta. Salud amigos míos.