Carta a un familiar que ha perdido un ser querido estos días
La Firma de Pedro Brouilhet
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Palencia
Querido Familiar de... : estos días están siendo especialmente duros para ti. Has perdido a tu espos@, herman@, hij@, amig@... Esta maldita pandemia no te ha permitido poder acompañar a esa persona a la que tanto querías. No has podido abrazarle, decirle una palabra de despedida, sentir su aliento, escucharle..., despedirte de él.
No has podido tampoco sentir el calor humano de tus amigos. Ese abrazo, beso, caricia, palabra de ánimo que tanto nos hace falta cuando se nos va un ser querido.
Es inhumano no poder abrazarse en el dolor. El olor, el contacto, el sentir que estás vivo junto a otra persona viva y que lloráis porque uno de los tuyos que ha partido para siempre. Eso es necesario para no volverse loco y morir por dentro.
No has podido celebrar un funeral, una Eucaristía, una despedida civil. Te dicen que hasta que no acabe esto, no podrás hacerlo.
Tu corazón se llena de sentimientos, recuerdos, deseos, lloros, gritos, quejas... Has tenido miles de llamadas, mensajes, palabras de aliento que intentan suplir tu dolor. Pero el vacío es grande, demasiado grande para no poder entender lo que te está pasando.
Tu familiar, seguramente, ha estado muy cuidado. El personal sanitario han sido tus manos, tu corazón, tu palabra de ánimo y aliento.
En las informaciones oficiales no apareces. Tu familiar se convierte en un simple número. Sientes que muchas personas están viviendo tu misma situación, pero tampoco te consuela.
Simplemente quiero que hoy sientas nuestra cercanía, solidaridad, amistad, oración, nuestra fuerza y ánimo. Somos muchos los que queremos estar cercanos a ti. No estás sólo, no eres un número, eres una persona, que necesita en este momento sentir el calor de la sociedad.
¡Grita, llora, expresa, da gracias por tu familiar, recuérdale, expresa en el silencio de tu corazón aquello que no le pudiste decir! ¡Sigue en contacto con tu gente! ¡Respira, quéjate y si necesitas ayuda, no dudes en pedirla!
Permíteme que ponga voz a tu familiar fallecido con este poema:
No os atormentéis pensando
en lo que pudo ser y no fue,
en lo que debisteis hacer de otro modo.
A pesar de mi muerte
seguiremos en contacto,
me llevaréis dentro
como una constante presencia,
acudiré cuando me llaméis.
Seré vuestro ángel protector,
no os aflijáis.
Queridos míos, seguid viviendo.
Sigue viviendo, querid@ amig@. Pronto podremos abrazarnos y sentir que el cariño humano es la mejor arma frente a la despedida de nuestros seres queridos. Un abrazo muy grande de todos y cada uno de esa marea de gente, que formamos nuestra sociedad.