La curva de contagio del coronavirus insinúa ya su descenso en Asturias

Oviedo

Apelar al optimismo quizá sea ir contracorriente en estos momentos en España, pero las cifras dicen lo que dicen, y en Asturias las propias autoridades sanitarias comienzan a atreverse a hablar de un aparente inicio del descenso de la famosa curva de contagio. Todavía habrá que esperar unos días para poder hablar sin condiciones y en términos rotundos, pero los contagios han ida a menos esta semana, se aceleran las curaciones y comienza a haber menos ingresados.  Tal es así que el Jefe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica del Principado, Ismael Huerta, se atrevía este jueves a vaticinar ese esperado cambio de tendencia: "los últimos días parece que disminuye la velocidad a la que aparecen nuevos casos y eso nos hace pensar que sí que podemos estar en una buena situación, pero estamos pendientes de la evolución que siga en los próximos días. Si nos mantenemos así podríamos decir que empieza el descenso de la curva".

Lo cierto es que evolución del coronavirus en Asturias mejora en muchos parámetros y aunque sigue creciendo la cifra de nuevos casos, el ritmo de contagio se ralentiza ya por debajo del 5 por ciento con sólo 62 nuevos casos el miércoles. Por contra se aceleran las curaciones con 26 nuevas altas y por primera vez se ha reducido el número de pacientes ingresados, aunque sea todavía una cifra muy modesta: 9 enfermos menos y 309 en total.

Sí es difícil encontrarle una lectura positiva a las cifras de fallecimientos mientras sigan produciéndose nuevas bajas: este miércoles otras nueve personas fallecieron en Asturias víctimas del coronavirus y son ya 69, de las cuales 29 eran ancianos residentes en algún geriátrico de la región. A este respecto Ismael Huerta introduce  matices en el criterio general sobre la vulnerabilidad de las personas mayores. Es cierto que la mayoría de las víctimas sobrepasan los 70 años, pero también hay muchos mayores -la mayoría- que padecen síntomas leves de la enfermedad y acaban superándola. Los realmente vulnerables son las personas mayores con otras patologías. Las de más riesgo en combinación con el coronavirus son las cardiovasculares -como la hipertensión- o la diabetes. Paradójicamente las enfermedades respiratorias se han rebelado como menos decisivas en la evolución del covid-19.

Por lo demás sigue creciendo la cifra de personas en cuidados intensivos y son ya 76, aunque de momento se mantiene a raya y está todavía lejos del techo de capacidad de estas unidades. Y otro dato relevante, la tasa de letalidad del virus en Asturias parece haberse estabilizado en el 4%, muy por debajo de la media nacional.

Los datos permiten al gobierno asturiana decir que la cosa evoluciona razonablemente bien. Pero hay que embridar toda tentación de euforia. Al vicepresidente del Principado, Juan Cofiño, le han preguntado este jueves, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, si en vista de esa evolución positiva Asturias podría ser una de las primeras comunidades en recuperar la añorada normalidad. Sin paños calientes ha respondido que el gobierno no lo sabe, pero sí tiene claro que hará lo posible para, por ejemplo, poner la economía a toda máquina "cuanto antes".