Rihonor: Si queremos no nos vemos

Zamora

Después de las historias que nos han contado Perpetua y Luis, y Jimena, Nahuel y María, en Rihonor de Castilla también recogimos el testimonio de María y Sandra, madre e hija.

Cuando llegamos a Rihonor, en la soleada mañana del domingo, María pasaba el tiempo en su balcón y Sandra aprovechaba para tomar el sol en un banco, en la solana de la puerta de casa. María nos atiende con mascarilla y nos dice que lo llevan bien, pero extrañan el roce con los vecinos, aunque son muy poquitos. Sandra se une a la conversación y apunta que son apenas 5 familias, unos 16 habitantes en total, en la parte española.

Unos pocos habitantes que, aseguran, están respetando el confinamiento. Algunos acuden a las tareas de preparar sus huertos, pero Sandra concluye que son tan pocos que “si queremos no nos vemos”.

María cuenta que entre las dos comunidades, la española de Rihonor y la portuguesa de Rio de Onor, sigue habiendo buena relación, pero ya no existe el roce que hubo en otro tiempo, con intercambio de familias y casamientos. “Ya no es como antes”, concluye.

E insisten en la importancia de la prevención en una comunidad de edad avanzada y en el que todos tienen alguna relación, para evitar posibles contagios.

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Y Sandra (que trabaja en una empresa de construcción en Puebla de Sanabria), tras lanzar un mensaje para sus familiares en Madrid y Barcelona, aprovecha para recordar que en Rihonor, como en otros muchos pueblos alejados de los focos mediáticos, también aplauden cada día “a las ocho u ocho y media de la tarde” a los sanitarios, a los policías…, a todos. Y, como no podía ser menos, se suman al himno de la pandemia: “resistiré”.