¿Es conveniente que los niños salgan a la calle a pesar de la alerta sanitaria?
Nuestro psicólogo, José Antonio Galiani, pondera dos necesidades que se hacen muy apremiantes en los niños: salir de paseo en algún momento del día o seguir en casa resguardados del coronavirus
José Antonio Galiani, psicólogo / Centro Galiani
Sevilla
Algunas de las cuestiones que se están escuchando hoy día acerca de las consecuencias psicológicas y emocionales que esta situación acarreará para los menores son a veces alarmistas y, a menudo, bastante injustificadas, afirmando la aparición de problemas psicológicos y emocionales en los menores cuando termine esta situación de confinamiento, sin ninguna base científica.
Este es el tema que ha propuesto hoy el psicólogo Juan Antonio Galiani en el programa Hoy por Hoy Sevilla: partiendo de la base de que cualquier decisión que tomemos en la vida tendrá ventajas e inconvenientes, “la mejor opción no es aquella que ofrezca más y mejores ventajas, sino aquella en la que, los inconvenientes que acarreará tal decisión puedan ser tolerados por las circunstancias en las que vivimos”.
De ahí, que haya que encontrar un equilibrio razonable entre las necesidades físicas, mentales y emocionales de los niños y niñas y la contención del virus, teniendo meridianamente claro que la absoluta prioridad, en estos momentos, es cortar la cadena de transmisión.
Escuche la entrevista completa a J. Antonio Galiani:
José Antonio Galiani, director del Centro Psicosanitario Galiani
07:24
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La cuestión de hoy es compleja de administrar, ya que resulta indiscutible que permitir que los menores puedan salir a la calle de una forma inteligente y racional tendrá beneficios para su salud emocional, aunque Galiani “no está tan seguro de si los inconvenientes sanitarios que pueden sobrevenir tras esa decisión puedan ser aún más dañinos que permanecer confinados”.
Quizás, permitir las salidas indispensables para el equilibrio de los menores en espacios abiertos cerca de casa, siempre manteniendo las distancias y sin grupos, sea una medida a tener en cuenta, pero siempre supeditada a la opinión de los expertos en materia de sanidad en esta clase de epidemias.
Hoy día sabemos que la adversidad continua causa mayor psicopatología en los menores que el estrés temporal, por muy elevado que éste sea. La adaptación de los menores a la nueva situación, vital tras el confinamiento, ocurrirá en relativamente corto espacio de tiempo si observan que sus padres son capaces de acometer las dificultades con serenidad y enfrentarse con inteligencia y optimismo a las nuevas circunstancias.
Por tanto, a día de hoy lo que toca es seguir tolerando el grado de contención en el que estamos, y no ponerlo en cuestión.
