"Héroe, no. Le mandaron a las trincheras"
Marta Pérez, el curso pasado en el CB Aros, se ha convertido en la voz de la denuncia tras la muerte por coronavirus de su padre, el primer sanitario fallecido en Madrid
Marta Pérez, durante su etapa en el CB Aros / Radio León
León
"Héroe, no. Mi padre tenía una alteración congénita en el corazón, obeso y fumador, y tenía más de 60 años. Le mandaron a las trincheras. Era un ser humano noble, leal bondadoso, humilde, trabajador...Papá, aunque no lo creas has dado la asistencia ganadora". Marta Pérez, una de las jugadoras más destacadas del CB Aros la pasada temporada, estremece con su relato. Su padre, el ex jugador de baloncesto Luis Ángel Pérez, miembro del SUMMA, falleció en las últimas horas por coronavirus. Se ha convertido en el primer sanitario madrileño en morir tras ser infectado en primer línea. El relato de Marta está lleno de denuncias ante la situación que padece el gremio a la hora de afrontar la pandemia.
La pesadilla para esta familia de deportistas y médicos comenzó la noche del 15 de marzo: "estaba doblando, matándose a trabajar porque, desgraciadamente, un médico en España no tiene la consideración que merece. Era consciente del riesgo que tenía y, aún así, solo quería ayudar". Desde entonces, aislamiento doméstico y una tardía confirmación "porque los políticos son fundamentales y se les debe hacer el test rápido, pero a los sanitarios les dejamos que se contagien y ellos sin saberlo siguen contagiando a otros". El desarrollo de la enfermedad siguió su curso, en plena frustración personal: "algo hice mal para infectarme. He fracasado. No puedo ayudar y he arriesgado a mi familia".
Una semana después llegó el ansiado test. Su mujer, ginecóloga, también dio positivo. "Aquellos que te vendieron, aquellos que no te dieron material de protección, ya llevaban a sus espaldas dos test y tú seguías esperando malito en la cama por el tuyo", recuerda Marta, licenciada en Medicina, también con síntomas. Ya hospitalizado, "en la siguiente llamada me dijo 'me ahogo' y me escribió su despedida. Hacía 12 días que estaba en la UCI: dimero D de 60.000, distrés respiratorio, intubado, PCR por las nubes....A pesar de la pseudomona y otro bicho, él seguí luchando. Lo siento, papá. Llegué tarde para echarles a patadas".
