'Perros cansados y padres inexistentes', por Pepe Belmonte

Murcia

¿Quién ha sido el osado que ha dicho que España ha dejado de ser un país de pícaros?

Durante estos días de obligado encierro, muchas personas han tratado por todos los medios, empleando su portentosa imaginación, de burlar los controles de las autoridades para que nos quedemos en casa, para que no salgamos sino para lo estrictamente necesario.

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Por lo que hemos sabido a través de los medios de comunicación, hay quienes hacen la compra varias veces al día, y quienes se inventan padres inexistentes, que hace décadas que murieron.

Pero lo más sorprendente de todo ha sido cierta persona, cuyo nombre no ha trascendido, que ha sido multado por la policía por pasear, reiteradamente, a su perro.

Me imagino que, con la colaboración ciudadana, las fuerzas de orden público, a las que les mando desde aquí un saludo y mi mayor admiración, han debido de hacer un seguimiento exhaustivo a este personaje hasta lograr encontrar pruebas suficientes de que salía demasiadas veces a la calle, y siempre con el mismo perro, que, supongo, ya estará en el peso ideal y en una forma envidiable.

Y por si todo ello fuera poco, el pasado viernes me quedé perplejo al contemplar centenares de palomos deportivos que volaban tras una paloma en los habituales concursos de columbicultura, que son tradicionales en la Huerta de Murcia.

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Me imagino que detrás de los palomos, irían sus dueños, como suele ser habitual en estos casos, brincando por los bancales, metiéndose en patios ajenos y, en resumidas cuentas, saltándose a la torera todas las instrucciones de las autoridades competentes para que nos quedemos en casa hasta nuevo aviso.

Somos como somos, y hay gente que ni siquiera en los casos más extremos es capaz de cumplir una orden.

Ya lo dejó dicho, con todas sus letras, el Duque de Wellington: “España es el único lugar del mundo en donde dos más dos nunca suman cuatro”. Y Murcia, ni les cuento…

Pepe Belmonte