Maribel, Adela y el mercado de Ciudad Real adaptados al confinamiento

Toledo

Maribel, nueve años regentando el puesto de frutas que lleva el nombre de sus padres Mari y Caito, ya jubilados. Adela, ocho años deleitando a los golosos que se acercan a su puesto Adechocolat, en el que no van a faltar tampoco este año los huevos de pascua.

Las dos trabajan en el Mercado de Ciudad Real, como servicio esencial. No han cerrado para tender a sus clientes y forman parte del grupo de comerciantes que se han apuntado a la venta a domicilio. Dar facilidades a quienes no pueden ir a la compra, como venían haciendo antes de que nuestra vida cambiara por completo.

Maribel anota los pedidos por la mañana mientras despacha fruta y verduras de temporada que producen ellos mismos. Por la tarde los reparte. Una circunstancia nueva en su trayectoria que la ha llevado de la universidad al a aventura del comercio minorista. Porque esta mujer es ingeniera agrónoma con un máster en investigación. En ello estaba cuando llegaron los recortes en las becas. Hubiera podido seguir investigando pero haciéndose cargo de los costes y bastante habían pagado ya sus padres. Se muestra orgullosa y contenta de sacar adelante el negocio de sus abuelos primero y de sus padres después.

Adela también parece feliz entre chocolates que hace ella misma y especias de todo tipo: pimientas de variadas clases, pimentones y cúrcuma. Antes de que nos confinaran a todos en casa con miedo y desconcierto a partes iguales, ya tenía preparados los huevos de la pascua que también quedará atrapada muros adentro. Despacha y reparte a domicilio, aunque inevitablemente sus ventas se resienten.

Si quieren chocolates, especias, o fruta y verdura, Maribel y Adela están encantadas de hacerlas llegar a su despensa entre una veintena de comerciantes cuya lista de teléfonos puede consultarse en la web del ayuntamiento de Ciudad Real y tú quédate en casa!. Escúchalas aquí.