'¡A ver si nos enteramos!'

Algeciras

Una de las primeras cosas que hago estos días es asomarme al balcón. Tanto si amanece gris como si luce el sol saludo a los árboles que crecen delante de mi casa. Algunos naranjos que ya han envuelto la calle con su fresco aroma de azahar, un drago o la araucaria que que se eleva magnífica para dar cobijo a jilgueros, gorriones o cualquier otro pájaro asentado en la ciudad.

Hay momentos en la mañana pero especialmente al caer la tarde en los que el silencio de la calle deja escuchar el trinar o canto de estos pequeños vertebrados. Sin duda se sienten aliviados estos días de encierro humano por no tener que compartir con nosotros, ni espacio, ni ruido, ni contaminación.

Y no hablemos de los mamíferos, aves e insectos que viven en cualquier entorno natural, interior o costero, libre estos días de visitas, rodeados de un absoluto silencio. Un silencio solo roto por el movimiento de las hojas al ritmo del viento o las olas que bailan en el mar. Veo mentalmente lo hermosos que deben estar los prados, los canutos, los valles que nos rodean. De momento, seguiré con mis botas de montaña guardadas en la caja.

La única excursión que realizo ahora una vez a la semana es la que me lleva de mi casa al mercado, procurando caminar lo más rápido posible y haciendo todo lo que está en mis manos para cruzarme a más de un metro y medio de distancia con cualquier otro ser humano. En el supermercado el reto es, quizás, algo más difícil, pero se intenta. En la calle algunos te observan con cierta desconfianza, mientras intentas buscar y encuentras a veces alguna complicidad con la mirada.

Complicidad que observo todos los días a las ocho de la tarde. Es la hora de otra gran cita con el exterior. En balcones y ventanas buscamos una bocanada de aire fresco y mientras, nos miramos, saludamos, hablamos y agradecemos a tantas y tantos profesionales, indispensables ahora y siempre, que velan por la salud, la limpieza, el orden, la información veraz, el aprovisionamiento etc etc etc...

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Son días extraños que aprovechamos para leer, escribir, bailar, ordenar, pensar, por ejemplo que es momento de ir todos juntos, de apoyar, de ser solidarios, de replantearnos muchas cosas y gritar muy fuerte que lo público es indispensable y dejarlo perder nos sale muy caro ¡a ver si nos enteramos!