Ángela Salvadores vuelve a casa

León

Se convirtió a principios de marzo en una de las voces de la epidemia que irrumpió en Europa a través de Lombardía, la región italiana más afectada por el coronavirus. Ángela Salvadores y su historia recorrieron numerosos medios de comunicación a medida que aumentaban los afectados y las medidas restrictivas. Terminó siendo una llamada de atención y un anticipo de lo que estaba por llegar a nuestro país. Ahora, cinco semanas después, la baloncestista podrá continuar el confinamiento en su domicilio leonés, pero en compañía, la de su familia, con su padre Jorge a la cabeza, una figura clave en su trayectoria personal y deportiva, también para explicar su salida de su lugar de residencia.

"No sé que haría sin él. A última hora del domingo encontró un vuelo cuando me temía lo peor. Me ha salvado de quedarme otro mes. Nos vamos a dar un abrazo, seguro, aunque esté mal hecho, pero hay cosas que no se pueden evitar", contaba Salvadores a Radio León la pasada madrugada desde el aeropuerto de Roma a la espera del último vuelo rumbo a España. Junto a ella, numerosos compatriotas aprovecharon la conexión ofrecida por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Entre sus pertenencias, las que pudo apilar para realizar el repentino viaje, el recuerdo de un mes imborrable, la solitaria cuarentena, el drama a unos metros, la preocupación por la llegada del virus a casa..."Este mes no se me olvidará. Ha sido una experiencia surrealista. Me fuí de casa a los 14 años y estoy acostumbrada a estar sola, pero no ha sido lo mismo. Es difícil vivir sola sin ver a nadie durante un mes. Estoy feliz porque todo son retos y yo sola sigo hacia adelante, tanto en la pista como fuera, y te hace crecer como persona", relata Salvadores, que, a diferencia de otras extranjeras, apuró su estancia hasta la cancelación definitiva de la LEGA.

Su andadura en el Virtus de Bolonia concluye con el mismo sabor agridulce que dejó la temporada: penúltimo puesto en la A1 (5 victorias y 14 derrotas) y siendo la jugadora más destacada de su equipo (32 minutos, 17 puntos y más de 3 asistencias por partido). En su despedida, la puerta abierta para un posible retorno: "no me pude despedir de nadie y me ha dado mucha pena porque me han tratado muy bien, pero volveré. ¿Seguir en el equipo? No me importaría porque me siento muy querida, pero ahora no es buen momento para negociar".