Más de 300 embarcaciones esperan en el Puerto Deportivo de Gijón la vuelta a la normalidad

Gijón

Ahora mismo son 356 embarcaciones las que están amarradas en el Puerto Deportivo de Gijón. De ellas, dos con tripulantes de nacionalidad inglesa a los que el estado de alarma sorprendió en lo que solo era un paso por la ciudad. El confinamiento les ha obligado a estar amarrados a puerto más tiempo del previsto y de momento, sin fecha para reanudar su viaje.

Esta es una de las peculiaridades que vive el Puerto Deportivo en estos días. La otra viene dada por la inactividad en las embarcaciones a las que sus dueños no pueden acudir para el habitual manteniendo. De esa labor ya se encarga en treinta y dos embarcaciones personal del puerto. Una plantilla para la que no es posible el teletrabajo. Actualmente siguen trabajando de forma presencial una persona en administración, tres atendiendo marinería y la propia la dirección.

Las dos tareas fundamentales que se están llevando a cabo en el Puerto por una plantilla reducida (hay dos marineros por vía) es la revisión de las embarcaciones en lo que se refiere a la línea de flotación y amarras, y también la revisión de la marina. El achicado de agua y el conectado y desconectado de la electricidad son los principales servicios que está ofreciendo desde la dirección a los clientes. Para ello, desde el Puerto han habilitado un número de teléfono alternativo con el fin de no colapsar las líneas, pues son muchos los propietarios que están llamando estos días pidiendo información. El número es 659 49 63 39

Ante las posibles incertidumbres económicas que vienen asociadas a esta crisis sanitaria, Flor Guardado ha querido tranquilizar en SER Gijón a los clientes del Puerto Deportivo gijonés, los cuales ya tienen pagado el primer semestre del año sus alquileres. La directora ha confirmado que cada semana se reúne con la Federación Española de Puertos, donde ahora mismo se están poniendo sobre la mesa diferentes escenarios de futuro y las posibles medidas para facilitar los alquileres de amarre si el estado de alarma se perpetúa mucho en el tiempo.