Cofrades segovianos tratan de refundar la Cofradía del Confalón originaria del Siglo XVI

Segovia

Un grupo de cofrades segovianos ha lanzado una iniciativa pública con la intención de refundar la Cofradía del Confalón, que data del 1 de enero de 1572, bajo la advocación de “Nuestra Señora de las Angustias”, y que se fundó en el convento dominico de Santo Domingo. Hasta la década de los años veinte del Siglo XX procesionó la noche del Viernes Santo en Segovia con la imagen de la Virgen de las Angustias de la iglesia de San Miguel o también conocido como de los siete cuchillos.

En un comunicado compartido en las redes sociales, llama a los interesados a sumarse a este proyecto de recuperación que tendría que tener la autorización episcopal y que pretende devolver a la ciudad una cofradía histórica de Segovia, que junto con la del Cristo de los Gascones, mantuvo la llama cofrade en la ciudad durante siglos.

El objetivo de los impulsores es recuperar la imagen y refundación de la Cofradía para la Semana Santa segoviana. La idea es recuperar la procesión con la citada imagen por las calles de Segovia en la tarde del día de Sábado Santo, evitando que esta procesión se solape con los actos de la Vigilia Pascual que se celebran en este día en las distintas parroquias de la Diócesis de Segovia. En sus orígenes esta cofradía salía en procesión la tarde noche del Viernes Santo. El desarrollo de la procesión sería en completo silencio, iluminando el recorrido con hachones o antorchas. Las personas que participasen lo harían con el hábito negro, pendientes de poder averiguar cómo eran los hábitos originales de esta cofradía.

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La imagen saldría en procesión en andas portada por no más de 12 personas acompañando a éstos por un grupo de tambores destemplados que ayudasen a llevar el paso a los que cargan la imagen. Los promotores ya trabajan incluso en el diseño de las andas para su confección. A medio plazo, los promotores buscar sumar la imagen del Cristo Yacente de la Iglesia de San Martín con su urna, y hacer un encuentro de ambas imágenes frente al Alcázar de Segovia.

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Los promotores de la idea consideran que “puesto que esta Cofradía ya existió, tratan de averiguar si en diferentes archivos existen algún tipo de “Libro de reglas” o “Estatutos” para fundamentar nuestra refundación, así como actualizarlos si este proyecto llegase a buen puerto y fructificase en la mencionada refundación” según apuntan en el comunicado.

Los promotores trabajan en un borrador de proyecto, con una base sólida de datos históricos, así como una memoria económica y logística para hacerla viable. Para avanzar en el proyecto pretenden convocar una asamblea entre aquellos interesados, pero hasta ese momento se pueden poner en contacto mediante un correo electrónico confalon_sg@outlook.es con el fin de poder conocer el número de personas con las que se puede contar para desarrollar esta iniciativa, o para cualquier duda, consulta o sugerencia.

ANTECENDENTES HISTÓRICOS

La cofradía del Confalón es una las hermandades con más historia de Segovia. Parte de 1572 y se creó con el objetivo de prestar asistencia a los hermanos en caso de enfermedad o muerte y ayudar a aquellas personas en situación de penuria en las noches de invierno.

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En los orígenes de esta cofradía, en los siglos XVI y XVII, contaba con dos tipos de hermanos, los denominados como “Hermanos de luz”, que vestían con túnicas negras y acompañaban a la mencionada imagen con hachones y cirios; y los “Hermanos disciplinantes”, que vestían túnicas blancas, abiertas a las espaldas y portaban ramales para disciplinarse durante la procesión.

El Viernes Santo ambos tipos de hermanos se citaban en el desaparecido convento de la Merced junto con la cédula de estar confesados y a ellos se unían los jueces, tesorero, mayordomos y diputados. En dicho convento escuchaban el sermón y tras éste daba comienzo la procesión. Esta esclavitud salía en procesión con una imagen de la Virgen de vestir, que actualmente se encuentra en la iglesia de San Miguel.

La llegada de la Ilustración quiso desterrar estas sangrientas manifestaciones de fe. Y así, Carlos III, mediante Real Cédula de 20 de febrero de 1777, ordenó el fin de tales actos “por el abuso introducido en todo el Reino de haber penitentes de sangre o disciplinantes y empalados en las procesiones de Semana Santa… sirviendo solo en lugar de edificación y de compunción, de desprecio para los prudentes, de diversión y griterío para los muchachos y de asombro, confusión y miedo para los niños y mujeres”.