Los ilusos del cambio

Córdoba

El cambio es un elemento esencial de la vida y así lo ha entendido la filosofía a través de su historia. Desde Heráclito y aquellas famosas frases “nadie se baña dos veces en el mismo río”, o “todo fluye” (panta rei), sabemos que aprehender (captar) una realidad cambiante es una ilusión, pero también una necesidad. Esta necesidad de dotar de sentido y significado a la vida, este irremediable impulso a conocer desde la ilusión de la certeza, ha sido la cuna del progreso y la base de nuestra estabilidad mental, necesitada de certidumbres que nos doten de la suficiente tranquilidad para despertar cada día confiados en que todo es como creemos que es.

Pero he aquí que llega este coronavirus y esa confianza en torno a la ilusión de realidad con la que vivíamos se ve mermada, dejando entrever la verdad que sustentaba el edificio, que no es otra que la de que somos unos ilusos.

Hemos pasado de la actividad y el dinamismo que implicaba estar ilusionados, a la preocupación y pasividad por descubrir que somos ilusos. La ventaja de esta situación es que ahora tenemos una nueva oportunidad porque partimos de la realidad, una realidad que ya sabemos que es cambiante y escurridiza. Y contamos con la certeza de no tener otra salida que no sea la de comenzar de nuevo a caminar. Y no hay más. A parte de esto, todo lo demás está preñado de incertidumbre.

Cuando los resortes que nos mantienen confinados desaparezcan, será el momento de evaluar la presión a la que nos han sometido. Comprobaremos si, agitados por esa sociedad del cansancio y de la auto-explotación, saldremos disparados y acelerados con el propósito de recuperar el tiempo perdido, reconstruyendo la senda derruida, o dedicaremos tiempo a apuntalar y reforzar los frágiles pilares que se han fracturado. Seguir o cambiar.

Pero para que el cambio tenga lugar es necesario, como alega el profesor Richard Beckhard, que se produzca una multiplicación de 3 factores; la insatisfacción (que es evidente), tener una visión previa hacia el lugar al que queremos ir, y por último, ponernos en marcha.

A riesgo de saber que es maniqueo, ahora solo queda decantarse entre los que se ilusionan por la recuperación o los ilusos del cambio. Buenas tardes.