El teléfono debe dar el tono de la llamada
Por chispeante que sea el tono de nuestro teléfono, cada llamada se recibe con un punto de temor

"La línea roja" de Matías Vallés (13/04/20)
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Palma
El periodismo de denuncia nos obliga a consignar que los teléfonos deberían dar el tono de la llamada.
Un análisis apresurado de esta frase llevará a concluir que los teléfonos ya dan el tono de llamada.
Y es verdad que ofrecen miles de tonos de llamada o ‘ringtones’ a elegir, desde Wágner a los trinos de los pájaros.
Sin embargo, no nos referimos al tono sonoro, sino al tono del mensaje que seguirá a continuación.
La mayoría de tonos quedan ridículos en relación a la conversación posterior.
Escuchar los acordes del ‘We are the champions’ de Queen no se corresponde con “¿has pasado a recoger a los niños?”, por citar un caso frecuente.
El tono debe cambiar según el contenido de la llamada.
Se alegará que el teléfono ignora el mensaje de nuestro interlocutor, pero un reconocimiento facial al alcance de cualquier tecnología permite adivinar el tono real de la llamada.
Por chispeante que sea el tono de nuestro teléfono, cada llamada se recibe con un punto de temor.
Solo un tono que describa el contenido nos aporta las razones que necesitamos para no descolgar.




