Rosa Peral y Albert López condenados a 25 y 20 años de prisión por el crimen de la Guardia Urbana
El juez impone la pena máxima para la acusada por agravante de parentesco con la víctima, que era su pareja
El tribunal impone 10 años de libertad vigilada a los dos amantes y 885.000 euros de indemnización a los familiares del policía Pedro Rodríguez
Barcelona
La Audiencia de Barcelona ha condenado a 25 años de prisión a Rosa Peral y a 20 años de prisión a su examante, Albert López. Ambos agentes de la Guardia Urbana son culpables del asesinato de Pedro Rodríguez, también policía y pareja de ella, a quien el juez aplica la pena máxima para agravante de parentesco. La sentencia pone punto final a un caso abierto hace casi tres años y en un juicio por el que han desfilado 110 testigos y peritos, además de mentiras, traiciones y pasiones, que ha atrapado a los fanáticos de la crónica negra.
El presidente del Tribunal del jurado impone a los dos acusados una indemnización de 885.000 euros que deberán pagar al hijo de la víctima, a su padre, hermanos y a la ex mujer del policía local. Cuando los condenados salgan de prisión, a partir del 2040, pasarán, además, 10 años de libertad vigilada y no podrán acercarse a un mínimo de 1.000 metros de los familiares de Rodríguez.
La sentencia no resuelve algunas de las incógnitas del caso, como quien asesinó a la víctima. El texto concluye que Rosa Peral y Albert López tuvieron una relación durante años, a partir de 2012. Después de un tiempo separados, 2017 retomaron el romance que Peral simultaneaba con que tenía con la víctima, con quien vivía desde hacía menos de medio año.
Cuando Rodríguez descubrió la infidelidad, nacieron "desconfianzas" y celosías que llevaron a los culpables a urdir un "plan de revancha" para deshacerse de él. Según la sentencia, "la noche del 1 al 2 de mayo" hace 3 años, los acusados se comunicaron a través de llamadas, esperando que Rodríguez estuviera inconsciente o "dormido". E texto no aclara si fue drogado como apuntaban algunos testigos en la fase inicial del juicio. Entonces, "a una hora indeterminada de la madrugada, uno de los dos o conjuntamente el" agredieron "y matar. Después, llevaron el cadáver en el maletero del coche hasta una pista forestal del pantano de Foix. Allí "utilizando algún tipo de combustible, prendieron fuego al vehículo con el cuerpo de la víctima en su interior resultante el cuerpo casi completamente carbonizado por la acción de las llamas, sin que quedaran restos o señales de la causa violenta de la muerte ", concluye el escrito.
Tanto la sentencia como el veredicto del jurado concluyen que había premeditación. Entre las pruebas, destacan un móvil de prepago que sólo fue utilizado por López para llamar a Peral la noche del crimen; una llamada entre los dos condenados en que planeaban una escapada familiar en Port Aventura tras cometer el asesinato o la confesión de un compañero de patrulla de López que aseguraba que el acusado pedirle "cómo deshacerse de un cadáver sin dejar pruebas ", sólo 15 días antes del crimen.