Igualdad de oportunidades

Córdoba

Se acerca el fin de curso y ya tenemos bastante claro lo que estábamos viendo venir desde hace semanas y no nos atrevíamos a plantear. Que si estamos casi en mayo y todavía no puede salir ningún niño ni a pasear el perro, es evidente que no va a ser posible este curso volver a reunir a 25 niños en una clase ni a 1000 en un colegio para volver a darles clases presenciales antes de que llegue junio, ni siquiera para hacerles exámenes presenciales con los que evaluar si han adquirido los conocimientos previstos para el trimestre. Esa es la realidad. Los niños, los profesores y también sus padres están haciendo un esfuerzo tremendo para que sigan estudiando y aprendiendo, pero el hecho es que no todos tienen ordenadores o internet, ni todos los niños son igualmente capaces de estudiar de manera autónoma, ni todos los padres están igual de preparados para ayudarles. Dice la ministra que hay que garantizar la igualdad de oportunidades y que por eso cuando se evalúe la repetición de curso tiene que se excepcional, y que en la evaluación habrá que tener en cuenta la circunstancias de cada alumno y como regla general tienen que pasar de curso. No estoy de acuerdo con este enfoque de la igualdad de oportunidades; es verdad que el confinamiento tiene una repercusión distinta en cada alumno según sus circunstancias, pero pienso que la igualdad de oportunidades que hay que garantizar no es la de la de pasar de curso, sino la igualdad de oportunidades de esos alumnos de cara al futuro. La calidad de su formación es la que les abrirá puertas en el mundo profesional, y para garantizar esto lo que hay hacer es articular fórmulas para que aquellos que no han podido asimilar los conocimientos de este trimestre los puedan cursar en verano, o el año que viene. Aunque nos cueste asimilarlo, o aunque nos duela, apostemos por el futuro y transmitamos a nuestros jóvenes que la repetición de uno o medio curso no sería un fracaso sino una oportunidad.