Iguázel Elhombre: "Así, no todo irá bien"

Zaragoza

En este mundo confinado, donde todo son bustos que hablan, a veces me sorprendo sin enterarme de lo que se cuenta, por estar distraída intentando obtener información de la vivienda que decora la intervención: ¿hay libros? ¿Tendrá jardín? Ahí hay mucho orden y pocos niños. Ese Lego cuesta una pasta. No hay luz natural. Cada cual se entretiene como puede. Casas más o menos felices y luminosas, como las personas. Un vecino oscuro, al que sólo he visto ese día en el balcón, salió a insultar a una mujer que paseaba un perro con un niño de la mano. La inquisición de las ventanas. De esto saldremos mejores, se dice. No lo creo. Porque la idiotez es resistente. Como la especulación. Ese vecino seguirá ahí, teniendo más a mano un reproche que un chiste. Como los que escriben notas a sus vecinas sanitarias o cajeras para que se vayan de sus casas. Y saldrán a aplaudir, sacudiéndose con las manos su bajeza moral. Así, no todo nos irá bien. Que los miserables no nos ganen la partida.