Ikram, una enfermera inmigrante, pide trabajo desde Cáritas-Bierzo para ayudar a ancianos

Ponferrada

Ikram es una enfermera marroquí. En marzo cumplió los tres años de residencia en la comarca del Bierzo, a la que llegó con visado y con dos hijos, después de divorciarse. El estado de Alarma le ha dejado fuera de la posibilidad de encontrar trabajo porque no ha podido tramitar su permiso de residencia, de hecho, sin él, ni siquiera pueden ayudarla a encontrar un empleo en Cruz Roja. Sin permiso de residencia, dice, no hay posibilidades de que le hagan un contrato. "Vine a España y en el Bierzo sólo Cáritas permite trabajar a inmigrantes sin el permiso de residencia, y sin un contrato no puedo tener el permiso de residencia, así que estoy esperando que alguien me contrate para poder seguir adelante con mi titulación de enfermera porque me encanta ayudar a la gente mayor y quiero trabajar", dice Ikram.

Cáritas se está haciendo cargo de sus gastos de manutención y de los trámites ante servicios sociales para que puedan pagarle el alquiler del piso. Por eso, mantiene, "si no es por Cáritas no podría sobrevivir. Es la única puerta abierta en España a los sin papeles. Yo no tengo familia ni nadie que me pueda ayudar, sólo ellos".

Cáritas-Bierzo, explica su educadora social, Úrsula Macías, tiene en estos momentos a 86 inmigrantes indocumentados que forman parte de todos sus programas, además de 36 inmigrantes documentados, es decir que ya tienen permiso de Trabajo y de Residencia y que podrían entrar en la bolsa laborar que el gobierno piensa abrir para labores del campo.