Selecciona tu emisora

Ir a la emisora
PerfilDesconecta
Buscar noticias o podcast

¿Y si Aranda hubiera tenido ya el nuevo hospital...?

El Plan Funcional del futuro recinto incluye la ampliación o reorganización de algunos espacios con los que será más eficiente y menos arduo para el personal el manejo de situaciones críticas como la actual

El diseño del nuevo hospital contempla la distribución de flujos independientes que garantizan la separación y aislamiento de zonas diferenciadas, la ampliación de camas hasta duplicar las de medicina interna o la posibilidad de anexionar un hospital de campaña

La construcción de un nuevo hospital es una reivindicación histórica de Aranda y la Ribera como demuestran los numerosos carteles que todavía pueden verse en la vía pública / Cadena SER

La construcción de un nuevo hospital es una reivindicación histórica de Aranda y la Ribera como demuestran los numerosos carteles que todavía pueden verse en la vía pública

Aranda de Duero

El Hospital de los Santos Reyes está superando con nota el manejo de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Un reto arduo para un hospital comarcal, más aún si tenemos en cuenta que las dimensiones del recinto ribereño hace tiempo que se quedaron pequeñas para atender las necesidades del día a día y sin margen de maniobra para ampliar o reorganizar espacios que dieran respuesta a nuevas necesidades. Y es en medio de esta precariedad en la que aparece como un vendaval una crisis inédita hasta el momento. Se ha presentado de improviso un enemigo desconocido por la dimensión de su impacto en extensión y gravedad, que ha sorprendido en sus inicios a todo un país sin el aprovisionamiento necesario de los test de detección del coronavirus en las personas, ni los suficientes equipos de protección individual frente a la avalancha de contagios, así como el desconocimiento mundial de las terapias más eficaces.
Con el objetivo prioritario de evitar un hipotético colapso, la dirección del hospital tomó decisiones preventivas antes de detectarse los primeros contagios en consonancia con las directrices marcadas por SACYL: el acceso al recinto se restringió al personal imprescindible y se suspendió la actividad programada. Los espacios del hospital fueron reasignados para reforzar las Urgencias, que al igual que las plantas de hospitalización, quedaron divididas en zonas diferenciadas para pacientes covid y no covid. Paralelamente el pabellón de Oncología se trasladó al Centro de Especialidades para dar continuidad a los tratamientos de estos pacientes.

Esas medidas se confirmaron eficaces en cuanto comenzaron a registrarse los primeros casos de la enfermedad. Pero dada la rapidez en la escalada de contagios durante los primeros diez días y la evolución de muchos de ellos en casos graves, el colapso del hospital comarcal volvía a ser un riesgo más que real, cuando, por ejemplo, el 28 de marzo rozó el 90% de la ocupación habilitada para enfermos de coronavirus. Y sin apartar la mirada, además, de espacios potencialmente críticos como las numerosas residencias de ancianos de la comarca. La instalación de un hospital de campaña en el recinto ferial, con la facilidad de llevarlo a cabo gracias a la colaboración de instituciones, colectivos sociales y especialmente la organización de Sonorama fue una solución que permitió dar un respiro al centro hospitalario y una cierta tranquilidad a sus gestores.

 ¿Qué hubiera ocurrido si Aranda hubiera contado ya con el proyectado nuevo hospital?

Analizar el Plan Funcional y de Espaciosque guiará la construcción del futuro hospital comarcal de Aranda a la luz de la crisis sanitaria actual permite conocer cómo se reforzará la atención sanitaria en nuestra comarca ante episodios imprevistos y de profundo impacto como el que estamos viviendo.

Y si buena parte de los problemas con los que se ha encontrado el hospital de los Santos Reyes en esa crisis sanitaria están relacionados con sus limitadas dimensiones y con una estructura interna obsoleta y poco versátil, ambos factores se corrigen en el futuro recinto hospitalario.

Uno de los criterios más importantes que ha guiado el Plan Funcional es que la estructura del nuevo hospital permita la separación de los flujos de tránsito por los distintos espacios del hospital, esto es, que no tengan que cruzarse obligatoriamente ni pacientes ni profesionales con otras personas, evitando situaciones en las que hay riesgo de contagio o contaminación de espacios. Una circunstancia que ahora no puede garantizar el Santos Reyes, donde, por ejemplo, un paciente al que se da de alta en la Unidad de Reanimación Postanestésica tras una intervención quirúrgica y pasa a la planta de hospitalización, debe atravesar una sala de espera.

El futuro hospital estará interiormente dividido en bloques de actividad y estos a su vez en módulos conectados mediante circulaciones diferenciadas, de forma que se garantiza que en un momento dado habrá zonas que puedan aislarse del resto de la instalación sin generar complicaciones. De hecho, en esta crisis uno de los aspectos más difíciles de resolver ha sido la separación de la atención que se prestaba a los pacientes covid de los no-covid, motivo, entre otros, por el que se ha paralizado la actividad quirúrgica no urgente, durante este tiempo.

Evidentemente también ha pesado en la decisión de frenar todas las cirugías el limitado número de camas con las que cuenta el hospital. Son 110. El futuro hospital tendrá 144, un 30% más, aunque es interesante analizar la distinta distribución que tendrán respecto a la organización actual: el mayor incremento de puestos de hospitalización lo experimenta Medicina Interna que tendrá el doble de capacidad que hasta el momento, pasando de 32 a 64 camas, distribuidas en dos módulos. Incremento que contrasta, por ejemplo, con la decisión de dejar el mismo número de camas para Pediatría y Obstetricia, unidades que mantendrán en total 18 puestos. Y es que la proyección demográfica de la población que tendrá que atender el hospital indica que el envejecimiento será progresivo y paralelamente se reducirá la población en edad fértil. Es de esperar por tanto, que sean pacientes de medicina interna y otras unidades muy vinculadas como cardiología, oncología, digestivo o geriatría los que necesiten más hospitalización, en función del número creciente de población mayor. Atendiendo a la necesidad de ingresos que se han hasta el momento, el nuevo hospital no hubiera requerido con tanta urgencia la instalación de un hospital de campaña, pero en cualquier caso el Plan Funcional ya contemplaba la posibilidad de tener que habilitarlo en las inmediaciones del nuevo recinto hospitalario “en caso de catástrofe”.

Sin Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), de momento

Lo que de momento parece que no cambiará en el nuevo hospital es la necesidad de contar con el HUBU como referencia para atender a los pacientes más críticos, aquellos que necesitan ingreso en la UCI. En un principio el nuevo hospital no tendrá un Servicio de Cuidados Intensivos, aunque estructuralmente sí quedará preparado para ello, porque no contará con especialistas en Medicina intensiva,. En este caso no se trata de una cuestión de espacio, ni siquiera de dotación. Es un criterio de gestión médica de SACYL, que considera que un hospital comarcal no debe disponer de este servicio. Ni el Hospital Santos Reyes ni ninguno de los comarcales cuenta con profesionales de Medicina Intensiva en sus plantillas por criterio de SACYL. Y sin intensivistas no hay UCI. En la práctica los seis puestos de Cuidados Intermedios que se habilitarán en el nuevo hospital (uno más que hasta ahora) tendrán el equipamiento necesario para dar servicio a pacientes con necesidad de cuidados intensivos. Solo haría falta que los gestores sanitarios cambiaran de opinión e incluyeran en plantilla los profesionales que atendieran esta unidad.

Diseñar el futuro a la luz del presente

El Plan Funcional del nuevo hospital apunta dos hipotéticas líneas de trabajo para un nuevo funcionamiento de la atención sanitaria que cobran especial interés a la luz de esta crisis. Ambas invitan a estrechar la colaboración entre los niveles de Atención Primaria y medicina hospitalaria.

La primera tiene que ver con uno de los puntos más sensibles y complejos del día a día: las urgencias. Según el Plan Funcional el futuro edificio incluirá espacios tanto para las urgencias hospitalarias como para el funcionamiento del SUAP, las urgencias de Atención Primaria. Pero más importante que el lugar será la necesaria coordinación y protocolos que tendrán que establecer los profesionales de los dos ámbitos si finalmente cuaja la idea de que ambos servicios estén bajo el mismo techo.

Y en segundo lugar, y sobre todo teniendo en cuenta que va a ser imprescindible repensar la organización y funcionamiento de las residencias de ancianos, con la más que probable incorporación en ellas de unidades medicalizadas, cobra una interés especial el proyecto piloto de la hospitalización domiciliaria u “hospital virtual” cuya posibilidad sugiere el Plan Funcional. Un proyecto en el que la telemedicina permitiría monitorizar pacientes desde sus domicilios habitualesdonde también serán atendidos por un equipo específico de profesionales en los que sería imprescindible, también aquí, la colaboración entre Atención primaria y hospitalaria.

A tiempo de incorporar mejoras

Aunque el proceso administrativo para la construcción del nuevo hospital está en marcha y se han presentado ya las ofertas para la redacción del proyecto, la experiencia adquirida en esta crisis debería permitir reevaluar aspectos de su diseño para la incorporación de posibles mejoras.

De hecho, la dirección del Hospital de los Santos Reyes ya ha tomado nota, por ejemplo, de lo importante que sería ampliar zonas con disponibilidad de tomas de gases medicinales así como el número de habitaciones individuales o específicas para la hospitalización de pacientes infecciosos. La experiencia ha demostrado la conveniencia, como subraya el propio Plan funcional, de que los módulos en los que se divida el edificio sean fácilmente desmontables para contar con espacios versátiles, más amplios o diáfanos, donde, por ejemplo, ampliar el espacio para nuevos ingresos, sin descartar, como el propio documento contemplaba, la instalación de un hospital de campaña en el entorno del nuevo recinto. Lo que en ningún momento esperaban quienes redactaron el documento es que la realidad iba a ponerles a prueba aun antes de contar con la instalación.

En la actualidad los datos indican que el impacto de la COVID-19 está remitiendo también en la comarca, y sus consecuencias más graves parecenaflojar la presión sobre los recursos asistenciales. Pero nadie se fía. Sin vacuna, sin conocer el alcance de la inmunidad que desarrollan los afectados, con una desescalada en ciernes, el fantasma de nuevas oleadas o repuntes está muy presente. Esta crisis ha confirmado, aun más si cabe la necesidad de la comarca de contar con un nuevo hospital, aunque, paradójicamente, la crisis misma ha paralizado un proceso que ya llegaba con retraso.

Por eso, cuando de la emergencia sanitaria pasemos a la desescalada administrativa, el proceso para construir el nuevo hospital comarcal de Aranda y para la Ribera debería ser una prioridad.

Elena Lastra

Elena Lastra

Redactora jefe de la Cadena SER en Aranda y presentadora de 'Hoy por Hoy Aranda'

 

Directo

  • Cadena SER

  •  
Últimos programas

Estas escuchando

Hora 14
Crónica 24/7

1x24: Ser o no Ser

23/08/2024 - 01:38:13

Ir al podcast

Noticias en 3′

  •  
Noticias en 3′
Últimos programas

Otros episodios

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "

Compartir