Pablo Casado Rajoy

Jerez de la Frontera

Estamos viviendo una crisis sanitaria que ha provocado miles de muertos y que producirá una crisis económica y otra social.

Es una pandemia, es decir, una enfermedad que se expande por todos los países y afecta a gran cantidad de personas.

Cada Gobierno, central, autonómico y local está luchando sin descanso para salvar la vida al máximo de personas y para solucionar los demás problemas que se derivan de esta crisis.

Es una situación desconocida para la que no hay manual, sólo prueba y error. Los gobiernos se han rodeado de los mejores asesores para ir dando los pasos adecuados.

Cada día aparecen en las redes todo tipo de mentiras y calumnias contra el recién nacido gobierno de Pedro Sánchez. Se le acusa de mentir, de ineptitud, de ineficacia, de todo lo malo imaginable… sin aportar el más mínimo dato, alentando los miedos y los prejuicios de los ciudadanos confinados. El objetivo es claro: convencernos a todos de que el Gobierno es el culpable de lo que nos pasa.

En 2008 hubo una catástrofe en la economía financiera mundial, se hundieron los principales bancos americanos y europeos y el efecto llegó, lógicamente, a España. La explosión le pilló gobernando al Presidente Zapatero.

El PP de entonces lo dirigía Mariano Rajoy, que había perdido ya dos elecciones. Aquel PP decidió culpar a Zapatero de la catástrofe, esa acusación consiguió calar en la sociedad con la ayuda de algunos medios de comunicación.

Aquel PP decidió no ayudar en nada al gobierno, ni siquiera en la aplicación de las medidas que impuso el Banco Central Europeo para permitir el endeudamiento para salvar a la banca.

Zapatero asumió en solitario el desgaste de aplicar las medidas que nos dictaron los prestamistas.

Aquel PP dijo, en boca de Montoro, que no importaba que España se hundiera, que ya ellos la reflotarían.

El resultado de aquella estrategia antipatriótica y partidista fue que Rajoy ganó por mayoría absoluta en 2011.

No está claro qué va a hacer Casado, pero dicen que le han oído decir que él está convencido de que es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde.