Luis Laria: "Los oricios refuerzan nuestro sistema inmunológico ante el COVID-19, pero no es una vacuna"

Gijón

Cuando apenas quedan unos meses para que el próximo septiembre finalice la veda de los oricios en Asturias (la prohibición lleva activa cinco años), un estudio argentino recogido por la Agencia de noticias 'Adn Sur' sitúa a los equinodermos como posibles bloqueadores del COVID-19.

El equipo de investigadores que estudia los erizos de mar del golfo patagónico defiende que sus huevos tienen un compuesto con actividad antiviral y antimicrobiana que podrían combatir los efectos del coronavirus.

En se sentido, Luis Laria, presidente de la Coordinadora para el estudio y protección de las especies marinas (CEPESMA), recuerda que los oricios llevan siendo utilizados cientos de años por los asturianos para mejorar su salud. En concreto, durante los siglos XVIII, XIX y principios del XX, periodos en los que enfermedades como el hipotiroidismo tuvieron una alta incidencia en Asturias debido a la alimentación.

Otras afecciones como gripes, catarros, o enfermedades del tránsito digestivo y urinario eran tratadas con los beneficios que aportaba el mar, como los baños de algas o el consumo de oricios, muy beneficiosos en algunos casos dada su alta dosis de sodio y yodo.

En todo caso, el presidente del CEPESMA recuerda que se trata de fortalecer nuestra respuesta inmunológica y en ningún caso de la cura de esas enfermedades o del COVID-19.

En cuanto a la repoblación de esta especie mermada por la "explotación agresiva, abusiva y la eliminación de las algas que son su alimento", Laria cree que este confinamiento no supondrá ningún cambio. Sin embargo, sí afectará a otras especies como la xarda o el bocarte, cuya reproducción para el próximo año se verá muy aumentada por la reducción ahora de las capturas. "Estamos dejando menos huella en el medio marino", ha dicho el presidente del CEPESMA en SER Gijón.