"Debemos tener la certeza de que esta crisis la superamos unidos"

Huelva

José Manuel Domínguez es uno de los héroes de carne y hueso que en estos días de crisis sanitaria se baten el cobre por evitar la expansión del coronavirus. Subinspector de la Policía Local de Huelva, de 49 años, tiene a sus espaldas una larga experiencia, 24 años en el cuerpo, contribuyendo a garantizar la seguridad y la protección de los ciudadanos. Es un hombre de talante serio y muy profesional, que no se doblega con facilidad, pero reconoce que en estos días de crisis sanitaria sus sentimientos están encontrados. "Tengo una sensación agriculce. Cuando estoy en la calle, me centro en mi trabajo con tesón. Cuando llego a casa, caigo en todo lo que estamos viviendo", comenta.

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La situación de alerta sanitaria ha obligado a la Policía a reorganizar el trabajo. Gran parte de los esfuerzos están dirigiéndose al control de los desplazamientos y a la colaboración y servicio de los profesionales sanitarios y demás personal esencial.

Después de un mes de estado de alarma, José Manuel Domínguez percibe que ha crecido la conciencia ciudadana. Por eso, le extraña cuando alguien esgrime desconocimiento cuando no puede justificar que está incumpliendo el confinamiento: "Ese argumento no es muy creíble".

Los policías están entrenados para hacer frente a situaciones complejas e imprevistas, pero nunca pensaron combatir a un enemigo invisible y letal. Su mayor temor es que el virus se adentre en casa. "Cuando regreso sigo las recomendaciones de desinfección para evitar que el virus entre en casa, pero la preocupación siempre está ahí", relata.

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Su hija, de 20 años, estuvo en Italia de Erasmus cuando estalló la crisis sanitaria. "Afortunadamente ya la tenemos en casa", respira tranquilo y aliviado.

Detrás de los agentes, a los que percibimos como seres invencibles, hay personas con sentimientos. A José Manuel le embarga la tristeza por los compañeros que han fallecido, víctima del coronavirus. "Siento mucha tristeza, tengo que lamentar todas y cada una de las pérdidas que la crisis sanitaria nos está dejando, pero es cierto que cuando recibo la noticia de que algún compañero ha fallecido, el impacto emocional es más fuerte, porque evidentemente me identifico más y ello me lleva a pensar que también me puede tocar a mí".

Aunque está acostumbrado a asumir su trabajo con profesionalidad, le brota un pellizco en el corazón cuando escucha los aplausos de la gente a las ocho de la tarde. "Hacemos nuestro trabajo, pero reconozco que me reconfortan mucho y los agradezco enormemente":

Han sido semanas muy intensas en las que doblegar el miedo y la incertidumbre. Pero el mensaje tiene que ser optimista: no cabe otro camino, según remarca: "tenemos que tener la certeza de que esta crisis la superamos unidos. Tenemos que mantener alto el ánimo y la esperanza".

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