El futuro de los jugadores cedidos por el Levante bloquea el proyecto 2020-21
Según ha podido saber la Cadena SER, el club necesitará encontrar una salida a muchos futbolistas que le ocupan 11 millones de euros de su Fair Play Financiero
Valencia
El Levante tiene un grave problema para la próxima temporada como consecuencia de los 40 millones que invirtió en la adquisición de jugadores durante los dos últimos años y por el incremento que se ha producido en el gasto destinado a los salarios de la primera plantilla con las renovaciones de José Campaña, Aitor Fernández y de su entrenador Paco López.
No obstante, pese al crecimiento salarial de estos contratos el club no sufriría un estrangulamiento en su economía si no arrastrase una enorme nómina de jugadores cedidos y que le ocuparán 11 millones de euros del Fair Play Financiero de la temporada 2020-21.
Solo los salarios de los ocho jugadores que están a préstamo cosumirán unos 8 millones de euros y a los que habría que sumar 3 millones de algunas de sus amortizaciones. El límite que estableció la LFP para la campaña actual se sitúa en 56,4 millones.
Una de las expectativas de venta es la de Moses Simon cedido en el Nantes y con una cláusula de compra obligatoria por 5 millones de euros, si participaba en 25 partidos oficiales y anotaba 10 goles en la Liga, aunque el equipo francés también podría ejecutarla de forma voluntaria antes del 30 de mayo sin esperar a que el nigeriano alcance estos hitos. El Levante podría resarcirse de una inversión que en su día le supuso un desembolso de 3,8 millones y de la ficha de un jugador que está por encima del millón de euros.
También ha sido muy positiva la temporada para Armando Sadiku, que en un gran gesto decidió ampliar su contrato por una temporada para poder encajar su salario en los parámetros que necesitaba el Levante en su Fair Play y aceptar los 80.000 euros que podía asumir el Málaga en el suyo. Sus 10 goles permitirán negociar un traspaso y el club granota no tendría que completar un salario que asciende a 1,2 millones de euros.
Sin embargo, el problema fundamental se sitúa en aquellos futbolistas que no entran en los planes de Paco López y por los que no llegarán ofertas de clubes que puedan soportar sus salarios.
Con la renovación de Toño y el fichaje de Carlos Clerc, Antonio Luna se tuvo que marchar al Rayo Vallecano donde tampoco ha encontrado la regularidad y la ficha que tiene que percibir en su última temporada de contrato asciende a casi 2 millones de euros.
Otro de los jugadores que tiene un salario elevado es Cheick Doukouré, al que le resta un año de contrato y con unos emolumentos en torno al millón y medio. Tras su grave lesión de rodilla todavía no ha debutado en la Sociedad Deportiva Huesca y retornará este próximo verano.
El regreso al fútbol de Raphael Dwamena es toda una incógnita tras ser operado de una dolencia cardiaca e instalarle un desfibrilador. El club granota tendrá que esperar a una respuesta de los tribunales médicos para poder resolver el contrato del delantero ghanés, al que le ha garantizado todo su apoyo económico, médico y psicológico. Esta temporada el Real Zaragoza asumió íntegramente los 850.000 euros de su ficha, pero el próximo año el club granota tendrá que abonarle dicha cantidad, además de seguir amortizando los 6,25 millones de su adquisición.
La temporada para Ivi López tampoco ha sido buena porque durante la primera vuelta del campeonato no jugó en Huesca y en el mercado de invierno se tuvo que negociar una segunda cesión a la Ponferradina donde ha ofrecido su mejor versión. Al mediapunta andaluz le resta un último año de contrato y con un salario de 650.000 euros.
El caso de Pepelu será un tema delicado y en el que todos los estamentos del club tendrán que mojarse para tomar una decisión sobre el mayor valor de la cantera granota tras haber alcanzado la internacionalidad con la selección sub-21 y su crecimiento en el Tondela de Portugal.
El Levante ejercerá la cláusula unilateral para prolongar en un año, un contrato que expira en junio de 2021, pero si después de la pretemporada la intención del club es la de volver a cederlo porque no tiene espacio en la plantilla por el fichaje de Mickael Malsa, tendrá que convencer al todocampista de Denia con un proyecto a largo plazo o aceptar alguna de las propuestas que se presenten por su traspaso.
Si de algo va sobrado el conjunto granota es de mediocentros. Fran Manzanara se marchó a préstamo a la Ponferradina donde ha jugado con regularidad y la apuesta de Paco López por la cantera esta temporada tiene el nombre de Pablo Martínez que debutó en LaLiga y disputó dos eliminatorias de la Copa del Rey.
Por último, en la portería Dani Cárdenas ha ampliado su contrato hasta 2022 y tras realizar la pretemporada con la primera plantilla el plan que ha trazado el club para él pasaría por una cesión a un club de superior categoría después de dos años en el Atlético Levante.
El gasto de salario de plantilla, cuerpo técnico, primas y amortizaciones se ha disparado en un año y ha pasado de los 30,9 millones de euros a 44,9 millones, mientras el importe de la cifra de negocio del club no aumenta en la misma proporción y ha pasado de los 53 millones de la temporada 2017-18 a los 60 millones presupuestados para la actual y de los cuales 51 millones (el 85% de los ingresos) provienen de los derechos de retransmisión.
Por lo tanto, con este panorama económico, la dirección deportiva encabezada por Manolo Salvador y David Navarro decidieron cerrar los fichajes de dos jugadores libres de Segunda división como Javier Hidalgo 'Son' y Malsa, porque son conscientes que no podrán invertir en la contratación de nuevos futbolistas que eleven notablemente el nivel de la plantilla hasta que no les encuentren otros destinos a los jugadores cedidos o se produzca un gran traspaso que cambie la situación del Fair Play Financiero de la próxima temporada.
José Manuel Alemán
Redactor de Deportes en Radio Valencia