En el centro, la persona
Quienes trabajan durante esta crisis en los sectores esenciales nos han enseñado que lo importante es servir a las personas. Estaremos traicionándoles si permitimos que la crisis golpee con más fuerza los sectores, muchos de ellos ya precarizados, en los que trabajan

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Aranda de Duero
Yoli cuida ancianos en una residencia. Rebeca y Ludi, Roberto y Toño atienden a los clientes de un supermercado. Eva, Rodrigo y Laura cuidan y curan pacientes en el hospital. Jesús es policía. Pili ayuda a las personas mayores que están en sus casas como trabajadora del servicio a domicilio. Julián trabaja en una gasolinera. José Luis está atendiendo un albergue para personas sin hogar
Y de todos ellos yo podría darles detalles porque son mi familia y mis amigos. Gracias a que ellos y ellas salen de casa para trabajar en estos días de pandemia, yo puedo quedarme en casa. Por eso ellos están mil veces más expuestos que yo a contraer la enfermedad. Más expuestos también que otros trabajadores, de los que no me quiero olvidar porque también están saliendo de casa para cumplir con su labor. Pero algunos de quienes he nombrado están en primera línea de combate contra el virus o trabajando con los colectivos más afectados o que corren más riesgo de contraerlo. Otros también están en primera línea para que no nos falte lo básico, por lo que tenemos contacto con ellos muchas personas distintas, no siempre con las medidas y las actitudes de protección necesarias, con el alto riesgo de contagio que ello supone.
Les hemos llamado héroes, heroínas. Y no está mal que reconozcamos el esfuerzo que están haciendo. Pero no siempre les resulta agradable esa denominación. Porque no tienen superpoderes, ¡ya les gustaría! Yo les he visto llorar y alegrarse, comparten mis preocupaciones cotidianas por los hijos, por los padres, por el trabajo… Y son como yo cuando se alegran y disfrutan con las cosas de cada día. No son héroes, pero la Historia, esta vez sí, con mayúsculas, les ha puesto a prueba en una situación en la que se les ha pedido dar el 100% y ellos están dando el 200. Sin ser héroes.
Y subrayo una idea que está quedando patente en esta temporada: son los trabajadores y trabajadoras de sectores que más sufren la precariedad laboral o que al menos no destacan por tener sueldos millonarios quienes están conteniendo la crisis sanitaria y haciendo que toda la sociedad tengamos garantizados los servicios esenciales. Los imprescindibles.
Este uno de mayo volvemos a conmemorar el Día del Trabajo, en un momento en el que el empleo está más amenazado que nunca por una crisis económica cuyas dimensiones aún se desconocen, pero se adivinan enormes. No es porque se lo merezcan (que también), no es por compensar lo que están haciendo, que sería muy difícil cuantificarlo. Es por justicia. Fueron quienes sufrieron sobre sus espaldas los recortes y zarpazos de la crisis anterior. No puede ser que una nueva crisis vuelva a golpear aún más a los trabajadores a los que hemos denominado esenciales. Una incoherencia de estas características demostraría que esta crisis no nos ha hecho mejores, como muchos propugnan. Que no habremos aprendido nada. Que necesitamos salvar la economía y cuanto antes, por supuesto. Pero sobre todo para salvar a las personas. Poner a la persona en el centro, que es lo que Yoli, Rebeca, Toño, Ludi, Roberto, Eva, Rodrigo, Laura, Jesús, Pili, Julián, José Luis y tantos otros nos están demostrando cada día.

Elena Lastra
Redactora jefe de la Cadena SER en Aranda y presentadora de 'Hoy por Hoy Aranda'




