"Venían dos veces al día a la puerta de casa a medirme la temperatura"
Tomás Cabrera, piloto comercial grancanario y residente en Shangai, cuenta su experiencia durante la dura cuarentena que vivió con su familia en el país asiático.
Tomás Cabrera, la historia del piloto grancanario en China
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Las Palmas de Gran Canaria
¿Se imagina vivir con una alarma en la puerta y con visita diaria de un médico para tomarle la temperatura? Son las cuarentenas " made in Asia".
La que vivió el piloto grancanario Tomás Cabrera cuando regreso a su vivienda de Shanghái donde trabaja, después de pasar las vacaciones del año nuevo chino en Las Palmas de Gran Canaria.
Una situación que duró dos semanas. Las tareas cotidianas no supusieron ningún quebradero de cabeza. Podía realizar la compra por internet y un grupo de voluntarios de su comunidad se la llevaban al domicilio. "Tocaban el timbre y salían corriendo" , cuenta Tomás con un optimismo desbordante.
"Cuando mi familia y yo regresamos a China pensamos que era el fin del mundo". Con lo que no contaba este piloto comercial es que la normalidad se iba a recuperar antes de lo que pensaban.
Esta ciudad de 25 millones de habitantes ha superado con éxito la peor pandemia mundial jamás conocida. Ahora todo funciona con total normalidad. Hoteles, restaurantes y bares están llenos hasta la bandera. También el metro.
Los vuelos operan con normalidad, sin separación entre viajeros. " Lo único que te recuerda que se han vivido situaciones dramáticas es que todos llevamos la mascarilla puesta".
Cabrera no tiene fecha para volver a su isla natal. Las fronteras siguen cerradas. Cree que en junio reabrirán. "El mundo volverá a funcionar tal y como lo conocíamos".
