Alborada, la revista de Fiestas Mayores de Elda

Elda

Para pasar el tiempo de confinamiento, Juan Vera, director del Teatro Castelar, bibliotecario y lector empedernido propone, cada lunes en el programa Hoy por Hoy Elda Vinalopó, lecturas para pasar la cuarentena.

En el espacio de este lunes propone Alborada. Revista que el lector encontrará entre los numerosos fondos que alberga la Biblioteca Pública Alberto Navarro.

De su nacimiento, gracias al empeño de un grupo de hombres amantes de su pueblo, hasta la actualidad, esta publicación ha experimentado una serie de cambios en su estrategia editorial, que en algún momento se ha dudado de su continuidad. “Actualmente Alborada vive un momento tranquilo, en el que se plantea un nuevo giro”, afirma Vera.

Texto de Juan Vera

ALBORADA: MEMORIA VIVA DE UN PUEBLO

Continuando con las particularidades de la hemeroteca local y ajustándonos especialmente al contenido que recoge su edición digital, publicada gracias al empeño particular de Francis Valero, llegamos a una de las cabeceras claves de esta colección, hablamos de la revista: ALBORADA. Esta publicación nace del empeño de un grupo de hombres amantes de su pueblo, de lo que este ha sido a lo largo de su historia y del anhelo que muchos tuvieron para convertir, década tras década, una pequeña localidad acunada en el centro de un hermoso valle alicantino, en la ciudad que hoy conocemos.

La revista Alborada se funda en 1955, aunque no la encontramos con este título hasta su tercer número, fechado en 1957; los dos años anteriores figura bajo el nombre de Fiestas Mayores, acompañada del subtítulo que pasaría a convertirse en oficial hasta la actualidad. La publicación, de edición anual, permanece vigente y hasta el momento recoge 62 entregas, variando mucho desde la estética original a la que en la actualidad conocemos.

Alborada nace de una inquietud y una inquietud, ahora renovada es la que mantiene la publicación en vigor. Durante los primeros años, un grupo de inquietos intelectuales, de los que ya hemos hablado en otras entregas de esta serie, dan un paso más y, de la mano de la Comisión de Fiestas deciden dar nueva forma al programa, que cada año publicaba dicha comisión con motivo de las Fiestas de Mayores. La intención del grupo era la de aunar bajo una misma cabecera editorial, tanto el programa festivo, como dotar a la ciudad de una revista local, a imagen de las que todos los municipios tienen. En ella, con motivo de los días grandes locales, se daría a conocer la expresión literaria de sus ciudadanos, la inquietud investigadora sobre el pasado común y las reflexiones filosóficas y de toda índole, fruto de la convivencia y las necesidades comunes.

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Durante casi tres décadas, desde su inicio hasta 1983, la revista muestra el concepto inicial y se presenta dirigida por el mismo grupo original, aunque su evolución y avance es evidente con el simple repaso de los números publicados en esa época. A partir de 1984, la ciudad, lo mismo que el país, experimentan una serie de cambios sociales que llevan a la revista a una difícil situación de continuidad. Otros conceptos y nuevos intereses crean la disyuntiva de su cierre o darle un cambio de 180 grados.

La segunda opción, dolorosa para sus creadores y mantenedores hasta ese momento, es la que se abre paso y desde el número 30, pasa a ser publicada por el Ayuntamiento eldense, con la denominación de Alborada: Revista Cultural, dándole un matiz semi-profesional al incorporar en su consejo de redacción a periodistas titulados, profesores, políticos y otros, siempre contando, eso sí, con la colaboración de muchas firmas y autores locales, que aportarán el grueso de los trabajos publicados. El cambio de estrategia editorial provoca un pequeño “cisma” entre las partes y ese mismo año, 1984, el anterior consejo de redacción de la revista, considerándose desplazado del proyecto, sacará a la luz una nueva publicación con el nombre de Fiestas Mayores, con el espíritu de recuperar la primitiva iniciativa. Pero de esta trataremos en una próxima entrega.

En su segunda etapa Alborada se convierte en objeto de deseo para parte de la intelectualidad local. Se crean pugnas por dirigir y coordinar la revista y ello lleva a que en ciertos momentos se intente politizar su contenido, aunque el criterio inicial de ofrecer una revista cultural siempre prevalece, quedando las otras intenciones en pacatas intrigas pueblerinas sin más trascendencia.

Durante las décadas siguientes, la revista vive una época de esplendor y pasa a convertirse en un auténtico referente cultural y de investigación. Los temas tratados adquieren un cariz cercano a lo académico y se suceden los dosieres, tanto gráficos como literarios, que recogen en profundidad aspectos de la historia local cercana: La prensa en Elda; La sanidad; la Guerra Civil; educación; los cines; los bares; la FICIA; el Deportivo Eldense; la industria… son múltiples los temas que se van tratando hasta crear un archivo ecléctico.

Actualmente Alborada vive un momento tranquilo, en el que se plantea un nuevo giro que la lleve a ser testigo de la convivencia ciudadana. Bajo la égida de la concejalía de cultura y por tanto del ayuntamiento, con un nuevo consejo de redacción formado por un grupo de mujeres y hombres profesionales de distintos ámbitos: educación, cultura, investigación, comunicación… sin contar con injerencias políticas de ningún tipo, lo que permite tratar los temas de fondo de los artículos, con la supuesta objetividad de cada uno de los autores.

Si el lector busca en Alborada no va a quedar defraudado. Encontrará un amplio caleidoscopio en el que verá reflejado el carácter eldense desde distintos prismas. Conocerá los personajes que han conformado nuestra historia, desde los más recurrentes a los insospechados. El lector podrá entender cosas tan curiosas como la equidad del conde, cuando hace el reparto del término de su condado entre Elda y Petrer. El papel estratégico que jugó el valle, en un cruce natural de caminos, marca entre fronteras de reinos antiguos… en definitiva, los eldenses, desde las páginas de “su” revista, podrán entender un poco mejor, la mezcla secular que nos ha llevado a ser lo que irremediablemente somos.

Artículo de Francisco Bonmatí  Voz: Juan Vera