¿Hay que pagar las deudas del juego?
Y por qué no se perdonan entonces los impuestos de todos los ciudadanos asfixiados

"La línea roja" de Matías Vallés (15/05/20)
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Palma
No dudo de que todos ustedes se sentirían concernidos y obligados a subvenir las necesidades de un conciudadano que se les presentara con urgencias de casa y comida.
Sin embargo, supongo que se mostrarían más reticentes si esta persona les solicitara que le abonaran sus deudas de juego.
No estoy a favor ni en contra de los juegos y apuestas, salvo que tenga enfrente a una persona a favor, en cuyo caso me coloco en contra automáticamente.
Ahora bien, una cosa es convivir con el juego desatado y otra es abonar sus deudas hasta un 75 por ciento, en la decisión de Podemos que tiene las competencias en Balears.
Y sin ninguna posibilidad de premio.
Es decir, se tendrá menos dinero para residencias, para violencia de género y para médicos de urgencias, con tal de ahorrar dinero a una patronal de color gris oscuro si no negro, y créanme que sé de que estoy hablando.
¿Hay que pagar las deudas de los gigantes del juego?
Y por qué no se perdonan entonces los impuestos de todos los ciudadanos asfixiados.
Habrá que responder aquello tan castizo de que los vicios se los pague cada cual.
O de que las deudas de juego no se perdonan jamás, como bien saben los admiradores de las películas de Scorsese.




