Soledad, prevención...y dos meses para la puesta a punto

León

Cuando el pasado 13 de marzo José Manuel Aira suspendió la rutina de entrenamientos era impensable el escenario que se venía encima. En el día de su reapertura dos meses después el Área Deportiva de Puente Castro se adaptó a la nueva normalidad donde el fútbol deberá encontrar su lugar. La Cultural ya está en marcha con la mirada puesta en el 18 de julio, fecha inicialmente prevista para el comienzo del play-off exprés en el que, a tres cartas, se jugará el ascenso a la Segunda División. Pero antes tocará adaparte a la dictadura del coronavirus.

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Esto es lo que le espera a jugadores, técnicos y personal del club en adelante. Los futbolistas son citados por turnos y no pueden coincidir más de dos en un terreno de juego, aunque la capacidad de la ciudad deportiva permite el trabajo en dos campos, el 1 y el 3. A su llegada, ya vestidos de corto, deberán realizar diversas tareas de desinfección, por ejemplo del calzado, y un control de temperatura. Todos los presentes en la instalación han sido sometidos previamente al test del virus y todos usarán guantes mientras dura la actividad. Tras las medidas pertinentes, es el momento de volver a pisar la hierba.

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Lo han hecho durante esta primera toma de contacto los 22 jugadores del primer equipo, incluidos Augusto y Aitor Fernández, ya recuperados de sus lesiones, y los jugadores del Júpiter Juan Rodríguez, Aarón y el meta Diego. Cada campo está dividido en varias rutinas empezando por un acondicionamiento en las bicicletas estáticas que esperan a pie de campo, toda vez que los vestuarios y otras dependencias están cerradas a cal y canto. Entre ejercicio y ejercicio, desinfección minuciosa del material empleado, también de los balones, el principal reclamo tras el letargo. A la conclusión, (las sesiones rondan los cuarenta y cinco minutos), nueva limpieza y directos al vehículo propio.

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Este es el plan que le espera a la Cultural hasta que las autoridades sanitarias y federativas permitan acceder a la fase 2 de entrenamientos, no antes del 1 de junio, según ha planteado la RFEF para que todos los equipos que van a disputar el play-off puedan incrementar al mismo tiempo el número de participantes en las sesiones. Los trabajos de "precompetición" podrán desarrollarse a partir del 15 de junio, dejando para julio el entrenamiento puramente competitivo. Entonces, llegará la hora de la verdad en medio de un incierto panorama, sin encuentros amistosos y con partidos "a vida o muerte" para jugarse el futuro.

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Mientras tanto, colearán el coronavirus y sus efectos a la espera de que la situación sanitaria no obligue a dar marcha atrás a la planificación. El asunto que ocupa en la actualidad es la homogeneidad de tests para el fútbol amateur, pruebas que serán obligatorias en la vuelta al trabajo y en la previa de cada partido. La RFEF ofrece la Mutualidad de Fútbolistas Españoles (MUPRESFE) para hacerlo en su sede de forma gratuita. En este sentido, el sindicato AFE ha pedido "los mismos criterios que hay en el fútbol profesional". Su presidente, David Aganzo, declaró en AS que "la competición es diferente pero la Orden Ministerial es clara. Los test se harán con un especialista, un doctor, y luego se informará a la autoridad competente. Hemos transmitido a los jugadores lo que tienen que hacer, pedir un plan de riesgos laborales, y asegurar esas condiciones de salud como con cualquier trabajador. Estas categorías son mucho más vulnerables y estaremos más encima si cabe. Hemos mandado una carta a la RFEF para tener una reunión médica y unir puntos en común para hacer las cosas bien".