Las playas de Baleares calientan motores para la Fase 2
El Govern no ha impulsado un protocolo común y los Ayuntamientos van tomando decisiones adaptadas a sus arenales
Palma
Las playas y calas de Baleares se preparan para abrir el próximo lunes si todas las islas pasan a Fase 2, excepto Formentera que ya está en este nivel. Una apertura tardía y sin turistas por el momento que dejará los arenales únicamente para los residentes de las islas. Los Ayuntamientos preparan todos los dispositivos para garantizar las medidas de seguridad y distanciamiento entre personas. Algunos Consistorios como Palma no quieren soltar prenda y prefieren esperar al lunes y otros como Calviá ya están actuando para tenerlo todo listo. En cualquier caso serán los propios bañistas los que tendrán que ser responsables para cumplir con las medidas.
En Calviá cuentan con 17 playas muy diferentes, algunas urbanas y otras aisladas. En las más grandes, como la de Palmanova, se servirán de los informadores turísticos para mantener la distancia social. El director general de Turismo y Litoral, Xavier Pascuet, explica que en las playas aisladas las gente tendrá que ser responsable. En las urbanas las duchas permanecerán cerradas y la separación entre hamacas y sombillas de la concesionaria se ampliará a los cuatro metros. Sin embargo, no se utilizarán elementos como cuerdas para establecer separaciones porque desde el Ayuntamiento pretenden pasar el tractor de limpieza cada día para remover la arena.
Alcúdia está instalando ya las hamacas y sombrillas, que este año se reducen a la mitad para garantizar el espacio entre sus ocupantes ý estarán habilitadas a partir del 8 de junio. Domingo Bonnín, concejal de Playas de la localidad, afirma que lleva un tiempo planteándose las distintas opciones y ahora trabajan en un protocolo específico de actuación para la protección de los usuarios. Por el momento han decidido doblar la distancia entre las sombrillas hasta los 8 metros y mantener cerrados baños y duchas.
En el caso de Palma todavía no han explicado una sola medida. En otros municipios como Deià, donde las calas son de piedra y con espacios reducidos, esperan las recomendaciones concretas del Gobierno. En Artá, con mayoría de playas vírgenes sin servicios, pretenden incrementar los controles para que se cumpla con el distanciamientos y en la playa de Sant Pere los servicios se pondrán en marcha el 6 de junio como cada año.
En Pollença, su alcalde Tomeu Cifre, explica que todavía no tenían la autorización de Costas para la explotación de las sombrillas, hamacas y chiringuitos, pero es una obligación municipal contar con un servicio de socorristas que el día 15 empezaron con los servicios de vigilancia. No hay de momento planes específicos y el alcalde apela a la responsabilidad individual y al cumplimiento de las normas de distanciamiento.