José María Gil Tamayo: "Yo sigo teniendo miedo"
El obispo de Ávila habla de su paulatina recuperación tras pasar un mes en el Hospital
Celebra la reapertura de los tempos pero expresa su temor por los sacerdotes y personas mayores que son más vulnerables a la Covid-19
Ávila
El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, en sus primeras declaraciones tras superar la Covid-19, reconoce que sigue con miedo y que le preocupa la situación de las personas más vulnerables de cara a la reapertura de las iglesias que se ha llevado a cabo una vez que se han flexibilizado las normas en la Fase 0 en la que todavía se encuentra la provincia de Ávila.
Gil Tamayo, de 63 años, ingresó en el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles el 20 de marzo. No llegó a estar en la UCI pero pasó un mes hospitalizado por culpa del coronavirus. El 22 de abril recibió el alta hospitalaria y desde entonces se recupera en el Palacio Episcopal. Pero un mes más tarde aún no está bien del todo.
"Los médicos que me dicen que tenga paciencia porque esto va a costar. Pero yo me noto cada día mejor. Sobre todo, cuando miro para atrás y me veo en la situación en la que he estado. Ahora tomo distancia, y me hace ver con perspectiva la situación de debilidad en la que en algún tiempo he estado. Como por desgracia estamos viendo que hay gente que todavía lo está sufriendo, y pedimos por ellos", dice el obispo.
También ha tenido palabras de reconocimiento para el personal sanitario: "Yo me he visto muy dependiente, en manos de quienes me cuidaban con un cariño inmenso y una dedicación y competencia grande. Todo el personal sanitario, desde los médicos, las enfermeras, auxiliares, me cuidaban con primor y, al mismo tiempo, con una entrega y una exposición grande".
Confiesa que durante el tiempo en el que estuvo en el hospital le preocupaba especialmente la salud de su madre, que tiene 90 años.
La dispensa de ir a misa
José María Gil Tamayo celebra la reapertura de los templos porque dice que la Iglesia no puede ser virtual. Pero tiene miedo y por ello mantiene la dispensa de acudir a misa. "A mí esto es lo que me da miedo. Quizá por haber experimentado las consecuencias. Gracias a Dios, los sacerdotes mayores están salvando la situación. Se están cuidando. También las personas mayores. Pero yo sigo con miedo. Y esa dispensa del precepto es decirles que el Señor quiere que se cuiden".
Unidad frente a la crisis
Sobre la crisis económica y social que está provocando la pandemia, ha expresado su preocupación porque Ávila parte de una situación ya delicada por su tejido productivo.
"La desigualdad provincial y territorial en esto nos penaliza. Y nuestro tejido industrial es muy endeble. Me preocupa especialmente el peso del sector servicios, porque va a acusar de manera fuerte la falta de movilidad, la disminución de recursos, la crisis económica. Los indicadores nos están hablando de una bajada fuerte del PIB, de una subida del desempleo casi al límite del 20%. Todo esto va a golpear a nuestra provincia, y de manera especial nuestro tejido social y económico", explica.
Y aboga por la unidad de la clase política y de los agentes sociales para abordar esta situación: "Tenemos unos retos en los que no cabe la división, y cabe recuperar el sentido del bien común, de la política con mayúscula y del servicio social".
María Ángeles Hernández
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Es redactora en SER Ávila desde 1994....