Un chico de Patiño (Murcia) convierte las memorias de su abuelo emigrante en un libro

Murcia

En 2.017, dos años antes de su muerte, y cuando Antonio López intuía que el final de su vida se acercaba. Un día le descubrió a su nieto Juan Antonio Franco su gran secreto; las memorias que escribió durante los ocho meses que pasó en Luxemburgo, donde viajó buscando un futuro mejor para su familia.

Juan Antonio ha contado en Hoy por hoy que fue en septiembre de hace casi tres años cuando por una indisposición de su abuelo tuvieron que llamar a la ambulancia para su traslado al hospital. Antes de que aparecieran en casa los sanitarios, y pensando quizá, que lo mismo ya no volvía. Le dijo a su nieto: "abre ese cajón y échale un vistazo a lo que hay dentro".

Este chico obedeció a su abuelo y para sorpresa de él, y del resto de la familia, encontró un manuscrito de unas cien páginas donde Antonio López había recopilado sus vivencias durante sus meses de trabajo en Luxemburgo. "Ahí empezó todo. En ese momento nació Diario de Luxemburgo", confiesa Juan Antonio en Hoy por hoy.

Ahora, tras varios años de trabajo de documentación, ilustración y edición sale a la luz esta novela extraída del diario que Antonio López Parra escribiera en 1.964, cuando tuvo que emigrar a Luxemburgo buscando un futuro laboral y el sustento esconómico para su familia. Es un texto emotivo y lleno de recuerdos de su Murcia natal y de las vivencias que le impresionaban en un país extranjero y muy diferente.

Ampliar

"Hay expresiones y palabras murcianas y giros de la época que hemos tenido que corregir. Mi abuelo era muy murciano y eso se notaba a la hora de escribir, aun así me ha sorprendido por lo bien que escribía y como era capaz de describir las situaciones que estaba viviendo de la forma que lo hacía. Le encantaba comparar Luxemburgo con la Murcia de aquellos años, era lo que más le gustaba hacer", nos dice Juan Antonio Franco.

Antonio emigró con 40 años, dejando en casa a mujer y tres hijos, pero tuvo que volver a los ocho meses. Y durante todo ese tiempo se acordó mucho de su familia. Escribió el diario como forma de ocupar el tiempo y así hacer la espera y la distancia menos dura.

Juan Antonio Franco, nieto del autor del diario original, ha sido el encargado de dar forma al texto original de su abuelo. El artista murciano Kos Cuadros se ha encargado de ilustrar el libro, mientras que Gabriel Gallego ha realizado las tareas de diseño gráfico y maquetación.