Satisfacción por la reapertura de centros comerciales
El inicio de la Fase 2 supone la reapertura de las grandes superficies al 40% así como los bares y restaurantes en Aragón al 50% de su aforo
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Largas filas en el primer día de reapertura de las grandes superficies al 40% de aforo / Guillermo Coscolla
Zaragoza
La "nueva normalidad" está más cerca con el inicio de la fase 2 en Aragón. Después de 15 días con una apertura restringida de comercios y reuniones de máximo 10 personas, la segunda fase de la desescalada supone, entre otras cosas, que las grandes superficies puedan reabrir al 40% y que bares y restaurantes aumenten su capacidad hasta el 50% de aforo. Las reuniones se amplian a 15 personas.
Una de esas grandes superficies, y de enorme aglomeración de lunes a sábado y a cualquier hora, es El Corte Inglés. Además de acceder al supermercado (algo permitido en la fase 1) ahora se puede estar en cualquiera de sus plantas. Una noticia que fue bien recibida entre los zaragozanos: "Primero porque tenía muchísimas ganas y segundo porque tenía curiosidad".
Sin embargo, lo que más preocupaba eran las medidas de seguridad y todos los que abandonaban El Corte Inglés elogiaban las medidas adoptadas. "La entrada está bien marcada, me han ofrecido gel en todos los sitios y la sensación ha sido buena", realó una joven.
En la misma línea se mostró una persona de avanzada edad que valoró que no se formasen aglomeraciones en la entrada porque "hoy en día las aglomeraciones es lo que más tememos, lo que más, entonces si viésemos mucha fila igual nos íbamos".
Restaurantes y bares al 50%
La fase 2 supone también un alivio para los restaurantes y bares que ven como poco a poco van recuperando la actividad tras dos meses parados. Aunque desde la fase 1 podían abrir con únicamente el uso de las terrazas, hay bares, como La Antilla, que no ha sido hasta la segunda fase cuando han decidido abrir. Chema, encargado de La Antilla de la Calle Hernando Aragón, explica que "abrimos en la fase 2 porque nosotros tenemos pocas mesas y en la fase 1 no tenía ningún tipo de rentabilidad".
Con la persiana levantada llega la hora de esperar que la clientela responda como antes del estado de alarma: "Es como inaugurar un bar, pero las sensaciones son buenas y la expectativa es que la gente reaccione e ir a más".
