Volver a los bares
Jose Berasaluce
Jerez de la Frontera
mi perversión de hoy es para las reaperturas de los bares. Los bares se han convertido en un símbolo de recuperación de la normalidad. Cualquier pueblo español, por pequeño que sea, tiene un bar, una iglesia y un cuartelillo de la Guardia Civil.
Espacios de sociabilidad, los bares son templos absolutos de confidencias, de negocios, de conspiración, de desencuentros y conforman el paisaje de los barrios.
Su reapertura es el signo inequívoco de naturalidad porque el bar tiene la función social de igualar a los que se acercan a su barra. Pequeñas asambleas ciudadanas que miden los estados de ánimo de una ciudad. Reductos donde surge la noticia, donde se urde una infidelidad, donde se confiesa un secreto.
Pañuelo de lágrimas, reencuentro de amigos, mi primer vino, besos fugaces, un bar es una forma de vida sutil que encierra grandezas y miserias, locuras y agravios.
En un bar puede haber banderas, opiniones, ofendidos, fanfarrones, diletantes, cuentas por pagar, chistes malos, muertes súbitas y calimochos. Casi toda la historia sentimental de cada uno puede ser reconstruida en un bar.
El bar nuestro de cada día reabre para decirnos que se va el levante y que viene el verano más incierto de nuestras vidas. Volvamos a los bares.
