El camión sin frenos en San Marcos
Abrimos la sección con una impactante imagen de un camión que perdió los frenos bajando de Zamarramala y se incrustó en una vivienda en el barrio de San Marcos
Segovia
….Y lo mejor es que no pasó nada. Ese es mi titular a esta foto de Juan Martín “Chas” en plena década de los noventa del Siglo XX, puesto que a pesar de lo impactante de la imagen no hubo que lamentar muertos y solo daños materiales y un buen susto. Es el resultado de un camión de Cerámicas Arevalo de Carbonero El Mayor, que se queda sin frenos bajando la cuesta de Zamarramala, y termina impactando con la primera vivienda que apareció en su camino.
Tras el susto inicial, revuelo y curiosos en el corazón del barrio de San Marcos, el único barrio del arrabal que conserva su estructura. Siguen sus huertas, sus casas bajas y lo que sí ha cambiado es el tráfico, al convertirse su arteria principal en el “cierre” dentro de la ciudad de la variante SG-20. El barrio era como un pequeño pueblo en la década de los noventa, y así sigue siéndolo más de 25 años después.
La duda es si en vez de impactar en una casa de reciente construcción, como fue el caso, el camión hubiera encontrado en su camino una casa antigua de las que abundan en San Marcos ¿Hubiera aguantado de pie? ¿Y si se hubiera llevado por delante el fielato? Hablo del edificio que era la antigua casa de pago de impuestos locales e inspección sanitaria, con su particular porche de madera. En la actualidad es la sede de la asociación de vecinos del barrio y se encuentra junto a la escena del suceso. Se trata del único fielato que permanece en pie en la ciudad, que poco a poco fue perdiéndolos y con ellos un testigos de una época.
El camión estrellado se puede apuntar el tanto de quitar el protagonismo al Alcázar de Segovia, que es el rey de las fotos en esa zona de la ciudad, pero esa mañana tuvo que ceder la primera plana a la impactante imagen de un camión incrustado en una casa que hizo de tope a su descenso por las curvas de Zamarramala.
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La instantánea nos deja también rostros de los policías locales y vecinos de la época. Entre ellos destaca el agente Ángel González, condecorado por algunas de sus intervenciones estelares en acto de servicio. Desde asistir un parto que no llegaba a tiempo al hospital, a convencer a un potencial suicida desde lo más alto del Acueducto son algunas de sus proezas en la hoja de servicio del policía.
Aunque pienso que una buena foto tuvo que ser la cara de susto de los habitantes de la casa cuando sintieron el golpe del camión y al abrir la puerta de la habitación vieran el morro del vehículo asomando por la pared. Menos mal que tanto en esa época como ahora el susto lo podemos pasar tomándonos algo en el Restaurante San Marcos o a echar una quiniela…. aunque pensándolo bien, ese día el premio gordo fue que el accidente solo provocara daños materiales.