Limitar la velocidad a 30 km/h en la acera
El ser que circula por las aceras a velocidad de vértigo coloca una pistola en la sien de los peatones desasistidos

"La línea roja" de Matías Vallés (01/06/20)
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Palma
Palma ha decidido limitar la velocidad máxima en la ciudad a 30 kilómeros por hora.
Entonces, de dónde surge la decepción de los peatones que se atreven a pasear por una urbe llena de peligros.
A que esa limitación solo afecta a los vehículos que circulan por la calzada, y no por las aceras.
Es decir, las bicicletas, patines eléctricos o nucleares, skates y demás ingenios diabólicos podrán superar los 30 si tienen la precaución de encaramarse a las aceras.
Una vez allí, darán rienda suelta a su actividad favorita, la cacería de los peatones.
Los habitantes de los suburbios pensaban que los vehículos a más de 30 por las aceras solo se daban en las barriadas, donde no se ha visto a un policía local a pie durante los últimos treinta años.
Sin embargo, se ha podido comprobar que el gamberrismo sobre ruedas se ejerce con igual saña en las grandes arterias urbanas, donde es imposible que no haya sido apreciado por los concejales de Cort.
El ser que circula por las aceras a velocidad de vértigo coloca una pistola en la sien de los peatones desasistidos.
El gamberro no pretende disparar, pero la propia reducción de la velocidad a 30 reconoce que un ser humano no puede controlar su vehículo a esas velocidades.
Y el incívico también es un peligro para sí mismo, aunque ya disculparán mi desinterés por este aspecto de la cuestión.




