El sonido de los pájaros en Magaluf
Nunca la alegría de un ave había sido más triste para los humanos que lloraban su arrinconamiento

"La línea roja" de Matías Vallés (03/06/20)
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Palma
Llamamos envidia de la radio al sentimiento que embarga al periodista de otros medios, cuando escucha la crónica o reportaje sobre Magaluf emitida ayer por esta emisora.
Los políticos que se obsesionan con los comentarios de editorialistas y tertulianos harían mejor en preocuparse por la emisión de documentos como el citado, porque sintetizan a la perfección la desoladora realidad económica de Balears.
Las dramáticas estadísticas del paro no pueden competir con el ruido de fondo, en realidad un silencio de fondo, captado ayer en Magaluf.
Y sobrevolando literalmente esa paz de cementerio en el litoral más abigarrado del mundo, el vuelo y el sonido de los pájaros.
Nunca la alegría de un ave había sido más triste para los humanos que lloraban su arrinconamiento.
No se celebra aquí el sentimentalismo de la crónica o sus valores emocionales, sino su testimonio económico, más contundente que las mentirosas estadísticas vomitadas por organismos oficiales.
Para saber lo que sucede en Balears no se necesita ninguna voz, porque además han sido acallladas por el coronavirus y la posterior pandemia económica, basta con colocar un micrófono que capte el silencio ambiente de Magaluf.
En eso debe consistir el milagro de la radio.




