Jesús Arbués: "Cultura como servicio público"

Zaragoza

La semana pasada murió Javier Brun. Javier fue muchas cosas, pero sobre todo ejerció en Huesca con el primer técnico cultural que hubo en Aragón. Javier ejemplifica también una época donde las instituciones, por convicción o por intuición, parecieron entender que la cultura podía ser un servicio público, un derecho para los ciudadanos, aunque estos no vivieran en capitales grandes.

Luego, llegaron los teóricos de las audiencias y esa horrible frase de "lo que a la gente le gusta", "lo que vende". Luego vino y se quedó la cultura utilizada como arma arrojadiza, como instrumento de ataque político. Uno contempla ahora con tristeza como esta época oscura se lleva compañeros de viaje como Brun. Y también se lleva ilusiones.

De la cultura, al entretenimiento y del entretenimiento, a la paellada popular en la plaza pagada con dinero público, solo hay un poco más de aderezo populista. Alemania invierte una fortuna en cultura. ¿Son más cultos por ser más ricos o más ricos por ser más cultos? El caso es que tienen el doble de camas UCI que nosotros. Quizá la dicotomía no sea esa: simplemente nosotros gastamos poco en cultura y poco en un CIS y demasiado en jetas y en humo. Javier Brun sabía mucho de estas cosas y es una pena que se haya ido tan pronto.