Repensar Málaga con Pedro Marín

Málaga

Nuevo espacio de Hoy por Hoy donde reconocidas voces expertas explican en la SER como debe salir Málaga de la pandemia del coronavirus y cómo debe ser la ciudad en un futuro. Hoy escuchamos la reflexión de Pedro Marín responsable del Observatorio de Medio Ambiente Urbano de Málaga (OMAU).

La ciudad de proximidad nueva oportunidad para un espacio público más amable

"Una de las cuestiones más novedosas que nos ha traído el confinamiento derivado del Covid-19 ha sido ver a paseantes, runners y ciclistas ocupando calles que antes eran dominio privativo de los automóviles. Nos hemos acostumbrado en la medida de lo posible a comprar en los comercios cercanos a nuestra casa, y hemos podido comprobar un cierto resurgimiento natural de la calidad ambiental. La contaminación del aire ha bajado sustancialmente por la disminución del tráfico y de las actividades económicas, y en paralelo las emisiones de CO2 que provocan la crisis climática.

La ciudad compacta y densa, compleja en la diversidad de usos, y de proximidad a los servicios básicos en un radio peatonal de 15 minutos no es una idea nueva, lleva más de 20 años dando vueltas en el ámbito académico que representa la Agenda Urbana de la ciudad, ciertamente con poco éxito hasta ahora, ya que la ciudad se ha ido dispersando en las últimas décadas, perdiendo densidad y por tanto haciéndose más dependiente del automóvil.

La ciudad clásica mediterránea fue siempre una ciudad de proximidad, para comprar la alimentación diaria, ir pasear al pequeño parque cercano, o llevar a los niños al colegio se hacía andando con una cierta comodidad sin tener que coger el automóvil y perder el tiempo y la paciencia en atascos de tráfico. Teníamos un modelo urbano esplendido y no éramos conscientes de ello. Un modelo mucho más eficiente desde el punto de vista del consumo energético y con muchas más horas para destinarlas a cuestiones más gratificantes que estar circulando por carreteras o calles. No teníamos nada que inventar. Solo modernizarlo introduciendo la digitalización y las nuevas tecnologías.

En estos meses las emisiones de CO2 también disminuyeron aproximadamente la misma cantidad que es necesaria anualmente para llegar al equilibrio carbónico en 2050. Da ciertamente vértigo considerar que este parón histórico de la actividad es el adecuado para llegar a los niveles aconsejados de la emergencia climática. Y es evidente que no podemos soportar los costes económicos y sociales de esta situación por lo que tendremos que arbitrar de forma rápida un nuevo modelo socioeconómico invirtiendo de manera decisiva en fuentes de energía renovable, en la movilidad eléctrica y en el modelo urbano de ciudad de proximidad.

La inquietud y el desasosiego actual, totalmente razonables, no deben enturbiar la imagen de una ciudad de cercanía que mejore la percepción ambiental del ciudadano y sus sentimientos de confort, tranquilidad y seguridad."