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Consuelo Ciscar

La jueza encausa a Consuelo Císcar por aprovecharse del IVAM para promocionar la carrera artística de su hijo

La jueza acuerda seguir también el procedimiento contra tres directivos o empleados de la institución, el propio artista y un empresario

La exdirectora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) Consuelo Císcar, a su llegada a la Ciudad de la Justicia en 2017 / Manuel Bruque (EFE)

Valencia

La magistrada que investiga las presuntas irregularidades cometidas en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) ha dictado auto de procedimiento abreviado contra la exdirectora del museo Consuelo Císcar por aprovecharse presuntamente de la institución para promocionar la carrera artística de su hijo, Rafael Blasco, conocido como Rablaci.

La instructora, adscrita como refuerzo al Juzgado de Instrucción 21 de Valencia, ha encausado también al propio artista, a un empresario y a tres exdirectivos o empleados del IVAM: el ex director económico administrativo, el ex director de Publicaciones y Acción Exterior y una funcionaria. En cambio, ha archivado las diligencias, que constituyen la pieza principal del llamado ‘caso IVAM’, para otros cinco investigados.

El auto, que cierra la fase de instrucción, señala que los hechos podrían ser constitutivos, en relación de concurso medial, de delitos continuados de malversación, prevaricación administrativa, cohecho y falsedad de documento oficial.

La magistrada considera que de las diligencias de investigación practicadas se desprende que Císcar se aprovechó de su “posición de superioridad como directora gerente del IVAM” e hizo un “uso personal” de esta institución pública para “para construir y promocionar la carrera artística de su hijo”.

Lo hizo, de acuerdo con la resolución, a través de dos vías. La primera pasaba por usar trabajadores y dinero del museo para destinarlo a esos fines. La segunda consistía en conceder servicios o comprar obras de arte con cargo a los fondos del IVAM a entidades o artistas coincidiendo con exposiciones y/o edición de catálogos de Rablaci.

Así, el auto, que puede ser recurrido tanto en reforma como en apelación, enumera múltiples correos electrónicos intervenidos durante la investigación “que indican que a las órdenes de la señora Císcar varios trabajadores del IVAM prestaron sus servicios para la construcción y/o promoción de la carrera artística de su hijo”.

Los trabajadores prestaron esa colaboración entre los años 2008 y 2010 en distintas áreas como las relaciones institucionales, la confección de currículos de Rablaci o la edición y traducción de catálogos y textos. Igualmente participaron en la organización de exposiciones y del transporte de sus obras de arte, fundamentalmente esculturas y fotografías, en países como Cuba, Méjico, Argentina o China, entre otros.

Uno de los encausados, un colaborador independiente del IVAM que redactaba en paralelo textos para las muestras del hijo de Císcar, fue designado en octubre de 2012 director de Publicaciones del museo, nombramiento en el que la magistrada aprecia una contraprestación a esos trabajos.

La resolución detalla también pagos con fondos del IVAM a entidades, críticos de arte o artistas que se vieron beneficiados mediante la compra o exposición internacional de sus obras, el comisariado de muestras o la contratación de publicaciones a cambio, presuntamente, de su colaboración en la promoción y la formación de la carrera artística de Rablaci.

Asimismo, el auto recoge multitud de “adjudicaciones irregulares” de servicios por parte de la cúpula directiva del IVAM a distintas sociedades de un empresario a cambio de que realizaran el transporte y montaje desmontaje de las exposiciones del hijo de la ex directora gerente de la institución.

Igualmente, dedica una mención específica a la exposición itinerante de la obra de Rablaci Materia y Espíritu en Asia, coincidiendo con exposiciones de fondos del propio IVAM, y concluye que ello no habría sido posible sin la colaboración de una delegada de la SGAE en ese continente, a cuyo marido el museo valenciano había contratado por 284.000 euros sin expediente alguno de licitación.

“La política de expansión internacional de la colección del IVAM o de obras de artistas individuales asumiendo el Instituto todo el coste que ello implicaba y que fue adoptada de una manera unilateral por la señora Císcar permitió que su hijo tuviese una proyección internacional como artista (y ello cuando el mismo contaba con la edad de 20 años sin haber finalizado sus estudios de Bellas Artes)”, apunta la instructora.

De este modo, Rablaci pudo exponer en el extranjero en los mismos o en lugares cercanos a las exposiciones del IVAM y en momentos temporales iguales o próximos. En ambos casos los transportes, sufragados con fondos públicos, fueron asumidos por la empresa Logística del Arte SL.

 
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