Un colegio concertado de Madrid obliga a sus alumnos a utilizar iPads

Transformación digital y apuesta por la innovación son las premisas por las que un colegio concertado de Parla, el colegio Aquila, obliga a sus alumnos a utilizar el próximo curso un iPad 7ª Generación WIFI 10,2« 128 GB. Un »servicio integral premium a través de una empresa de renting concreta por el que las familias tendrán que desembolsar 390 € al año durante los próximos tres cursos, 500€ si necesita aplazar el pago en cuotas de 50€ durante los 10 meses del curso por el préstamo del equipo. «Soluciones de vanguardia» que según explica el centro en una circular a las familias «no tiene ánimo de lucro» porque el préstamo del equipo incluye además, soporte técnico, seguro premium con robo incluido, licencia MDM o funda antigolpes. La misma circular señala que el precio de las licencias de los libros de texto y el plan lector se publicarán próximamente. Los primeros en aplicarlo serán los alumnos de 3º y 5º de Primaria, de 8 y 10 años y 1º de la ESO. Un grupo de familias han mostrado ya su oposición en un escrito dirigido a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid en el que aseguran que la única opción que les ha dado la dirección del colegio es «adquirir el dispositivo» fuera del colegio pero «impone la obligación de pagar una serie de servicios directamente a su proveedor por valor de 749,99€». Fuentes de la Consejería de Educación aseguran a la SER que no pueden obligar a comprar un ordenador determinado, ni a una empresa determinada, aunque sí sugerir las características que debería tener mientras el colegio no responde. El presidente de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres Giner de los Ríos, Camilo Jené, denuncia que este tipo de iniciativas «fomenta la segregación del alumnado» y es la forma que utilizan para elegir a sus propios alumnos haciendo «élites». «Es ilegal obligar a comprar un material determinado», asegura. La educación, insiste Jené, es gratuita y los centros concertados se están convirtiendo en «un negocio que la Comunidad de Madrid fomenta».