La Diócesis reduce la festividad del Corpus a la eucuaristía y la procesión en el interior de la Catedral

Segovia

Debido a la crisis sanitaria la Diócesis de Segovia se ha visto obligada a reducir la celebración de la festividad del Corpus Christi. Cambiando la tradicional procesión de la carroza con la custodia por las calles del centro acompañada por los niños que han tomado la comunión. Actos de la primera comunión que también se han suspendido por el mismo motivo.

A las 12:30h en la Capilla Mayor el obispo César Franco ha presidido la eucaristía manteniendo los protocolos de seguridad. El aforo en lugares de culto durante la fase 2 queda fijado en el 50% por lo que el acceso a la Catedral se ha controlado para mantener las diferentes medidas de seguridad e higiene entre los fieles.

A continuación, se ha desarrollado una procesión por el interior del templo, del Santísimo en la custodia, sin la carroza que la acompaña acabando en el enlosado con la bendición del obispo.

Este Corpus Christi será una de las ocasiones que desde 1656 la custodia, obra del maestro platero, Rafael González Sobera, no recorra las calles de Segovia al igual que el carro procesional realizado por Pedro de Riezgo, 1739.

Este conjunto ha sido objeto de una restauración integral, iniciada el pasado octubre, que había quedado finalizada en abril para así poder estar completamente preparado para esta cita anual del Santísimo Sacramento con el pueblo de Segovia. Una festividad instituida por el papa Urbano IV que goza de gran popularidad desde el siglo XVI y que ha ido evolucionando a lo largo de los siglos en su expresión cultural y religiosa.

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La carroza y custodia del Corpus habían sufrido deterioro tras años procesionando y por el propio paso del tiempo. Una restauración integral se hacía necesaria tanto en la custodia, de gran riqueza patrimonial y completamente realizada en plata, como en la carroza.

Esta actuación ha centrado gran parte del tiempo en la carroza, base del conjunto y parte que recibe mayor impacto en la procesión. No presentaba problemas estructurales pero si desplazamientos de tablas, suciedad superficial y levantamientos puntuales en la capa pictórica. En la restauración realizada por las restauradoras de ConservarArte, Sara Martín y Beatriz Rubio, ha primado desde el inicio la menor intervención para garantizar la durabilidad y visión estética, el empleo de materiales inocuos y la reversibilidad de estos trabajos.

En primer lugar, se realizó una limpieza superficial para eliminar en seco y mecánicamente el polvo, suciedad ambiental, restos de cera concentrados en la parte trasera o manchas de pintura. A continuación, se llevó a cabo un primer sentado de color, así como una desinfección preventiva, para después asegurar el sentado del estrato pictórico. El proceso se completó con el estucado de lagunas y fisuras o el encolado de piezas sueltas. Entre los trabajos más minuciosos realizados se observa el de la reintegración de las zonas de pérdida de los dorados. Para ello, se ha empleado una trama a modo de cestillo, realizada con micas estables aglutinadas con barniz, así como pigmentos al barniz para la reintegración cromática de las lagunas de policromía.

La custodia también ha sido objeto de limpieza, realizada por la empresa C. Meneses. Se han retirado para su reparación piezas partidas, los cuatro jarrones ornamentales y resto de piezas extraíbles, completando la actuación con un lacado final para evitar su oxidación.

El coste total de la restauración ha ascendido a 21.000€ sufragados completamente gracias a la venta de entradas dentro de la línea de autofinanciación iniciada por el Cabildo en 2016.