Estamos desfasados

Palencia

Llevamos encerrados 93 días y hoy despejamos dudas con el cambio a Fase 3. Un cambio a Fase 3 de nombre, porque más bien diría una fase 2.1.

Los hosteleros de nuestra ciudad están encendidos con la decisión de cambio de fase. Esto no hace otra cosa que dar esperanzas de normalidad, pero contenida.

Después de especular toda la semana que Palencia pasaba seguro a fase 3, te das cuenta que les han tomado el pelo al sector de hostelería. Los hosteleros han preparado durante toda la semana la adaptación de sus locales a la nueva fase 3, y han dado órdenes de sacar del ERTE a sus trabajadores en previsión del cambio.

Ahora se encuentran con más pérdidas de las deseadas, ya que en fase 2 muchos de los hosteleros abrieron y con muchas de las terrazas casi completas o sin sitio, se han dado cuenta de que sacan lo justo o se necesitaría utilizar el interior del local para que fuese rentable.

Quizás también porque muchos de los clientes se alargan en el tiempo con su consumición y no dan opciones a que se sienten nuevos usuarios.

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Los restaurantes que han abierto no están nada satisfechos con los resultados, se dan menús ajustados y para pocos comensales.

Desde fuera se ven llenas sus terrazas, pero aún estamos muy reacios a comer en el interior, ni que decir tiene que todos los restaurantes cumplen con las medidas de higiene que indica el gobierno, y que muchos de ellos están formándose con el Sello de Hostelería Segura.

Este sello esta avalado por el ICTE (Instituto de Cultura y Turismo de España) y el Ministerio de Sanidad, y que en Palencia lo pueden obtener gratuitamente si son miembros de la Asociación de Empresarios de Hostelería.

Entiendo que cuando pasemos realmente a las fase 3 y los bares puedan atender en la barra, todo esto cambiará y comenzaremos a sentir la cercanía de lo que antes hacíamos y compartir con amigos o compartir experiencias nuevas.

En esta fase 3 de mentiras, me llama la atención cómo después de tantas fases seguimos sin saber cómo convivir en el día a día.

Sales a comprar sin mascarilla, sales a pasear sin mascarilla... unos sí y otros no. Debemos meternos en la cabeza que da igual en que fase estemos, las mascarillas han llegado para quedarse y que yo sepa son obligatorias.

Cuando te cruzas con alguien que no la lleva, te bajas de la acera para continuar por la carretera, o cuando te cruzas con los exentos de mascarilla, les miramos como si fuesen leprosos y les insinuamos con la mirada que se la pongan de una vez.

Qué difícil es educar en tantas cosas que se hacen mal. Como por ejemplo los saludos, que no se puede besar a nadie, que no se puede abrazar... ¿no nos damos cuenta de que el Doctor Fernando Simón, se queda sin voz de avisarnos de los peligros?

Pobre hombre, lo de la almendra le hizo más humano, demostrando que cada día se pone delante del micrófono y es la imagen de la Sanidad y que muchos de nosotros nos pasamos sus consejos por donde amargan los pepinos.

Qué situación de desfase, cada fase lo hemos hecho mal y cuantas más pasan más desfasados estamos. No aprendemos de esta situación y nos lamentaremos cuando lleguen los repuntes de contagios. Y nos diremos eso de, tanta fase, tanta fase y lo que pasa es que estamos desfasados.