Ribó y la ZAL

Valencia

La ZAL está cerca de convertirse en la molesta piedra en el zapato que va a acompañar a Joan Ribó hasta el final de su mandato. El asunto se ha judicializado de tal manera que cada cierto tiempo aparecen sobresaltos en forma de resoluciones, de autos, o incluso de sentencias. Basta con echar un vistazo a lo que ha ocurrido en los últimos años.

Y digo piedra molesta porque Ribó es consciente de que, desde que es alcalde, ha ido cambiando su posición respecto a la ZAL. De expresarse activamente contrario a la expropiación forzosa de la huerta que promovió el PP de Rita Barberá para la construcción del polígono, a defender públicamente después su entrada en funcionamiento. Un viraje político en toda regla que se encargan de recordarle de vez en cuando aquellos con los que se manifestaba en La Punta.