'Pandemia'

Algeciras

Cuando ya nos veíamos de nuevo con los pies metidos en remojo en la playa y disfruntado de unas cervezas con nuestros amigos, como si tal cosa, nos hemos vuelto a dar cuenta de nuestra fragilidad. La aparición de un brote de coronavirus en un hostal de la zona baja de Algeciras nos ha recordado la importancia del confinamiento y de otras medidas implantadas durante el estado de alarma.

La nueva realidad se parece bien poco a aquella otra que conocimos. Las distancias de seguridad y el teletrabajo han llegado para quedarse. Hasta que se encuentre una vacuna, dice el Gobierno, aunque algo me dice que muchos tardaremos mucho más tiempo antes de tener la seguridad plena para abrazar a nuestros hijos y padres.

Me pregunto si, como país, estamos ya preparados para afrontar el desplazamiento masivo de millones de turistas o si, en el Campo de Gibraltar, podemos afrontar una Operación Paso del Estrecho en condiciones de seguridad, con la concentracion de miles de personas en un espacio reducido en tan pocos días y teniendo en cuenta la capacidad de respuesta de nuestra sanidad.

Solo pido a las autoridades que sigan anteponiendo las personas a cualquier otra consideración. Y a aquellos que les entran las prisas y anteponen la economía o irse de macrofiesta, hay que responderles que no. Que ahora no toca. Que lo único importante es la salud, imbéciles.