O púlpitos, o aulas
La opinión de Ángel Santiago Ramos (19/06/2020)
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León
A los responsables de la Delegación de Educación de la diócesis de Astorga les ha faltado tiempo para manifestar públicamente su rechazo al proyecto de una nueva ley educativa que, entre otros cambios, reduce el peso de la asignatura de Religión que ya no computará para el acceso a la Universidad y la obtención de becas.
¡Tanta diligencia para esto, cuando estos mismos se han lavado las manos durante décadas en otros asuntos de extrema gravedad ocurridos en corazón de las tinieblas de sus aularios ¡ .
¿Dónde estaba esta delegación cuando sucedieron los miserables casos de abusos sexuales a seminaristas de esta diócesis? ¿Por qué han guardado un silencio de complicidad moral ante unos hechos repugnantes que sucedieron bajo la tutela y responsabilidad educativas de varios seminarios religiosos de esta diócesis?.
¿Por qué no han pronunciado ni una sola palabra de denuncia pública ante una sociedad que ha conocido a pesar de ellos tanta maldad cometida?.
Ahora, cuando una ley pretende colocar la religión católica en el lugar que piden la Constitución y el sentido común de un estado laico moderno, estos señores de la Iglesia argumentan razones morales, espirituales, culturales e históricas, para seguir con la sustanciosa antigualla de adoctrinar en las escuelas lo que es propio púlpitos, catequesis o colegios religiosos.
No es lo mismo predicar, que dar trigo. No se pueden pedir bendiciones al Estado por razones espirituales. No son razones. Y menos, si haciendo memoria vemos que el nivel de su moralidad ha quedado maltrecho bajo las sotanas.