El viejo pescador de Lanzarote que inspiró a Hemingway
El viejo que custodió el yate del gran Ernest Hemingway nació en Lanzarote en 1897, inspiró al protagonista de su obra cumbre, "El viejo y el mar" y en estos días se cumplen 123 años de su nacimiento
Arrecife
El viejo y el mar es una de las obras cumbre del gran Ernest Hemingway. Fue precisamente esta novela la que le valió el premio Pulizter. El escritor relata la lucha titánica de un viejo pescador contra un pez de dimensiones colosales. El viejo combate hasta el último aliento, extenuado, para regresar a la costa con su trofeo. Al final de la obra, convertido ya en alimento para los tiburones, sueña con el recuerdo lejano de una playa de las costas africanas.
El viejo pescador es en realidad inspiración del lanzaroteño Gregorio Fuentes, capitán del yate de Ernest Hemingway que escribió El viejo y el mar. "Yo fui su cocinero, marinero, capitán de su barco, su compañero", relató Gregorio Fuentes a EFE hace casi veinte años.
"Un día salimos en dirección a Puerto Cabañas y encontramos muy lejos de la costa un pequeño bote en el que pescaban solos un viejo y un chiquito. Hemingway quiso que nos acercásemos, y le preguntó al hombre si necesitaba algo, pero el viejo se encabronó muchísimo, y le gritó: Vaya pa'l carajo, americano de mierda. Aquello le debió impresionar mucho, pues después me dijo que iba a escribir una novela", relató el propio Fuentes a El País en 1997 en una entrevista el día en que cumplió cien años.
El viejo que custodió el yate del gran Ernest Hemingway nació en Lanzarote el 11 de julio de 1897. "Se sabe que Gregorio Fuentes tenía familia en El Charco de San Ginés y era originario de aquí", relata un pescador de Arrecife, donde hay al menos tres familias con estos apellidos. "Sin embargo, no hemos dado con ningún descendiente directo", añade. "Greogorio contaba que llegó a Cuba a los seis años en un barco de tres palos. Iba como ayudante de su padre, que era el cocinero, pero, tras su muerte durante la travesía, él se quedó en La Habana", le relató el propio Fuentes al periodista Mauricio Vicent poco antes de morir.
La obra de Hemingway no es solo el relato épico de un pescador contra la critatura, es una historia plagada de sensibilidad y enseñanzas para la vida. "Me estás matando, pez, pensó el viejo. Aunque estás en tu derecho. No he visto un animal más noble, calmado y hermoso que tú, hermano. Sal y mátame. Me da igual quién mate a quién. Mantén la cabeza despejada y sufre como un hombre, o como un pez, pensó", escribe Hemingway en El viejo y el mar.
"¿Por qué habrá pájaros tan finos y delicados como las golondrinas de mar cuando el océano puede ser tan cruel?", se pregunta Hemingway en boca del viejo pescador. "Es apacible y hermoso. Pero también puede ser muy cruel, y se encrespa con facilidad, y esas aves que vuelan, hacen picados y cazan, soltando tristes chillidos, son demasiado delicadas para mar". ¿O para la vida? Quizá el viejo pescador lanzaroteño inspiró un relato sobre la vida con el mar como excusa. Testigos de la condición humana, los pescadores canarios tienen algo extrañamente sagrado, como la sal, que está en nuestras lágrimas y también en el mar. Así lo dijo también el poeta.
Javi Rodríguez
(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...