De cómo Colón mató a Floyd

Jerez de la Frontera

“Tirad la estatua de ese indeseable porque fue un racista, ha sido el culpable de la muerte de Floyd en EEUU”. El policía fue un mero ejecutor inducido por los verdaderos culpables que, como inductores, deben desaparecer de la historia. Esa historia que ahora debemos reescribir.

Y para ello hay que aplicar un esquema simplista, lo primero, afirmar categóricamente que todos los descubridores y evangelizadores del nuevo mundo representan al asesino racista de hoy en día, así, sin más, sin vaselina. Para ello vamos a utilizar un esquema básico, de herencia inmediata, de asignación directa de la culpa. Una culpa que viaja en el tiempo saltando sobre los siglos hasta recaer de lleno en la figura de, por ejemplo, Cristóbal Colón, que a buen seguro odiaba a los negros.

En ese proceso omito los hechos, los simplifico a la máxima expresión, hasta reducirlos de tal manera que caben en un tuit que lanzo al mundo desde mi atalaya. Mando un mensaje salvador.

En realidad estoy haciendo un gran favor. Le digo al rebaño lo despistado que anda y lo reconduzco, le abro los ojos, porque las pobres ovejas no tienen capacidad para pensar por sí solas. Estaban ciegas, de manera que fueron engañadas por los historiadores durante siglos y hasta ahora que he llegado yo, que soy un refutado estudioso de los hechos, nadie les había dicho cuál es la verdadera historia. Necesitaban al nuevo pastor y ni siquiera ellas se daban cuenta.

Sin complejos les cuento “la verdad” de lo que pasó hace unos siglos y las llevo por el buen camino. Después, ordeno que derriben la estatua, y una vez libre la peana… me subo yo. ¡Menos mal, pobres ovejas descarriadas!